Washington, 7 ene (EFE).- Durante la dramática noche de votación para elegir al nuevo presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, el expresidente Donald Trump (2017-2021) hizo llamadas a por lo menos dos legisladores que se rehusaban a dar su apoyo al líder republicano.
El expresidente Trump habló por teléfono con los congresistas Matt Gaetz y Andy Biggs durante la penúltima votación en la Cámara de Representantes, que se extendió hasta la madrugada del sábado, según informaron medios estadounidenses.
Después de hablar con el expresidente, tanto Gaetz como Biggs cambiaron su voto a “presente”, lo cual ayudó a resolver atasco en que se encontraba el hemiciclo, después de días de votaciones sin suficientes apoyos para ninguno de los candidatos a presidente de la Cámara.
En una imagen que se viralizó en redes sociales, del fotógrafo Chip Somodevilla, se ve a la representante Marjorie Taylor Greene, aliada de Gaetz y parte del ala ultraconservadora del partido republicano, intentando pasarle una llamada de “DT” (iniciales de Donald Trump) a Matt Rosendale, uno de sus colegas republicanos, durante una de las votaciones del viernes en la noche.
Tras 15 votaciones, McCarthy fue elegido finalmente este sábado presidente de la Cámara Baja de Estados Unidos.
La abstención de seis republicanos, entre ellos Gaetz y Biggs, abrió el camino poco después de la medianoche a la elección de McCarthy como presidente de la cámara con 216 votos, tras cuatro extenuantes jornadas.
La sucesiva ronda de votaciones comenzó el pasado martes cuando, por primera vez en cien años, el presidente de la Cámara de Representantes no fue elegido en la primera votación por tener detractores dentro de su propio partido.
Esos detractores han sido una veintena de congresistas de ultraderecha, muchos de ellos fieles a Trump y miembros del ultraconservador grupo Freedom Caucus, que no han dieron su brazo a torcer hasta este viernes.
Para lograr el apoyo de los díscolos del Freedom Caucus, un grupo formado en 2015 por los republicanos más extremos -muchos de ellos miembros del extinguido Tea Party-, con el objetivo de empujar el liderazgo republicano hacia la derecha, McCarthy ha tenido que hacer ciertas concesiones, que no se han dado a conocer.
Acuerdos privados relacionados con una serie de peticiones que tenían los republicanos rebeldes, como poder de hacer una moción de censura contra el presidente de la cámara, varias sillas en el comité de reglas, que se garanticen votaciones sobre temas fronterizos, la cabeza en varios subcomités y tener relevancia dentro del Comité de Asignaciones, uno de los más poderosos del hemiciclo.
Ahora elegido, McCarthy será puesto a prueba al enfrentarse a la fragmentación de su partido que, aún con la mayoría de votos en la Cámara Baja, mostró no tener la suficiente solidez.
El ahora presidente de la Cámara de Representantes será también la tercera autoridad del país, después del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien también preside el Senado, y el segundo en la línea de sucesión.
Los días de votación representaron un hecho histórico en la democracia estadounidense, pues la última vez que se necesitó más de una votación para elegir al “speaker” fue en 1923.
Por aquel entonces el presidente de la Cámara fue elegido en una novena votación, cinco menos que las celebradas en esta ocasión, pero muy lejos de las sesenta que tuvieron que hacerse en 1869.