Miami, 17 ene (EFE).- El “sistema de gobernanza” en Cuba, un país endeudado, sin crédito ni recursos y con protestas en alza y un éxodo que no cesa, “puede quebrarse en cualquier momento” y no es hora de “fortalecer” al causante de la crisis, advierte un análisis realizado por un nuevo “laboratorio de ideas” de Miami.
“En Cuba ha colapsado hasta la ideología”, dijeron en una rueda de prensa este miércoles el analista e historiador Juan Antonio Blanco y el economista Emilio Morales, dos de los integrantes de Cuba Siglo 21, una entidad fundada en diciembre pasado.
Su objetivo con éste y otros informes ya publicados es que quienes tengan que tratar o negociar con Cuba conozcan “la naturaleza” del sistema y “donde radica el poder” verdadero, dijeron.
UNA OPORTUNIDAD NUNCA ANTES VISTA
A su juicio, nunca antes se había presentado otra oportunidad como la actual para hacer un “jaque mate al régimen” cubano y no seguir jugando a quedar en “tablas”, como, a su juicio, se viene haciendo internacionalmente desde el triunfo de la revolución en 1959.
Aunque señala que “nunca hay un futuro predeterminado”, Blanco cree que “a corto plazo” se va a dar un cambio en Cuba y los militares van a tener un papel fundamental, a no ser que aparezca en escena lo que los historiadores llaman un “cisne negro”, un hecho circunstancial que de repente lo cambia todo.
Si son los militares los que conducen el cambio, está por ver si se impondrá una apertura solo económica, al estilo de la Rusia de Vladimir Putin, o también política para ir hacia una democracia.
“Lo que no es viable es rescatar al moribundo”, asevera.
A pesar de que Morales y Blanco defienden que la solución debe venir de los cubanos, exhortan a EE.UU. a plantearse qué sentido tiene en este momento aliviar la presión sobre el Gobierno de la isla por las necesidades insatisfechas de la población.
Un número récord de más 300.000 cubanos entraron en EE.UU. por la frontera con México en 2022 y ahora el Gobierno presidido por Joseph Biden ha establecido un cupo de 360.000 visas para ellos y para venezolanos, nicaragüenses y haitianos.
“La crisis no se resuelve fortaleciendo a quien ha creado la inestabilidad de Cuba”, dice Blanco, expresidente de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, con sede en Miami.
GAESA Y EL “ESTADO MAFIOSO”
El análisis preliminar hoy publicado en la web de Cuba Siglo 21 parte de la idea de que Cuba ya no es un estado socialista que atiende las necesidades de sus ciudadanos sino un “estado mafioso” en el que una “oligarquía opaca” que gira en torno al “clan Castro” controla los recursos del país, según se dice en el texto.
El verdadero poder en Cuba -asevera el informe- no es el Gobierno “burócrata institucionalizado” sino esa oligarquía, representada por el consorcio GAESA, que, según los datos del análisis, tiene un capital de 8.200 millones de dólares y controla el 70 % de la economía y un 95 % de las finanzas.
GAESA, que pertenece a las Fuerzas Armadas, tiene registradas sus empresas fuera de la isla, en Panamá, Luxemburgo y otras naciones, y ni siquiera como empresas cubanas, asegura Cuba Siglo XXI en el informe.
Según Morales, GAESA, es probablemente la compañía con más plazas hoteleras de toda América Latina, más de 37.000 repartidas en 117 hoteles, a pesar del descenso del número de visitantes que recibe la isla.
“Estado mafioso no es un epíteto, es una realidad”, dijo Blanco, quien vinculó en la rueda de prensa a GAESA con el crimen organizado internacional y con actividades ilícitas como el lavado de dinero.
Morales señaló que GAESA obtiene también recursos de las millonarias remesas que los cubanos de fuera mandan a sus familiares, así como de las misiones médicas al exterior.
De acuerdo con Morales, que tiene una reputada consultora sobre economía cubana, Cuba está “en bancarrota”, aunque el Club de París le condonó 42.000 millones de dólares en 2015.
La deuda reconocida por el Gobierno es de 20.000 millones de dólares, pero no están incluidos en esa cifra los 15.000 a 18.000 millones que adeuda a Venezuela y los 6.000 millones a Argentina, por mencionar a algunos países, según dijo.
Para recuperar la industria del azúcar, un producto del que llegó a ser el primer productor del mundo y que hoy debe importar para satisfacer el mercado interno, necesitaría 10.000 millones de dólares y la misma cantidad para transformar la matriz energética.
Si el juicio que tiene planteado el estado cubano en los tribunales británicos por impago acaba con una condena a Cuba, Morales augura que se va a producir una lista larga de demandas similares y embargos de bienes cubanos en el extranjero.