Ciudad de Panamá, 5 dic (EFE).- Estados Unidos ha destinado cerca de 22 millones de dólares entre 2021 y 2022 para la asistencia humanitaria de refugiados y migrantes vulnerables en Panamá, dijo este lunes la embajada estadounidense en el país.
Panamá es la entrada a Centroamérica desde el sur para los migrantes irregulares procedentes de todo el mundo que viajan hacia Estados Unidos.
La larga crisis venezolana impulsó este flujo en 2022, cuando han llegado a Panamá, muchas tras cruzar varios países suramericanos, más 227.000 viajeros en tránsito, una cifra sin precedentes.
El Gobierno panameño afirma que la gestión de la crisis, que incluye acoger a los migrantes en estaciones en sus fronteras sur (Colombia) y norte (Costa Rica) – donde toma sus datos biométricos y les ofrece asistencia sanitaria y de alimentación – ha costado unos 50 millones de dólares desde 2020, y ha pedido “apoyo” a EE.UU.
“El gobierno de Estados Unidos destinó cerca de 18 millones de dólares, en 2022, para la asistencia humanitaria de refugiados y migrantes vulnerables en Panamá. La cifra fue cuatro veces mayor que el monto que Panamá recibió en 2021 (4 millones)”, indicó este lunes la embajada estadounidense.
Explicó que estos “son entregados a organizaciones internacionales que tienen programas de asistencia humanitaria en Panamá, como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Unicef, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y la Fundación Panamericana para el Desarrollo”.
Los fondos del gobierno de EE.UU. “permiten que organismos internacionales puedan ofrecer servicios de salud física y mental a los migrantes, además de productos de higiene personal, ropa y calzado”.
Igualmente, agregó la legación diplomática en un comunicado de prensa, “han ayudado a realizar mejoras en las instalaciones de los albergues migratorios y las comunidades de acogida, además de capacitar a funcionarios panameños y líderes comunitarios en la prevención de crímenes y atención humanitaria”.
“ES INDISPENSABLE ATACAR” LAS CAUSAS DE LA MIGRACIÓN
La nueva embajada de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, visitó las zonas de la provincia fronteriza del Darién a donde llegan los migrantes irregulares tras atravesar la peligrosa selva homónima.
“Las historias de los migrantes son desgarradoras. Este es un peligroso viaje que nadie debe emprender”, dijo Aponte, según el comunicado de la legación diplomática.
La embajadora declaró que “es indispensable atacar las situaciones que llevan a las personas a dejar sus países, y también crear mecanismos para garantizar una migración humana, segura y ordenada”.
“En esto estamos trabajando estrechamente con Panamá”, afirmó la embajadora durante un recorrido por el albergue de San Vicente, una estación migratoria temporal recientemente inaugurada que cuenta con 544 camas, agua potable, luz eléctrica, baños sanitarios, un tanque de reserva de agua, área de cocina y almacenamiento de alimentos, comedor y una clínica, según la información oficial.
En esta visita a Darién, “he procurado conversar con todos los involucrados en el manejo de la migración irregular en Panamá, desde el personal de organismos internacionales que procuran sanar sus heridas físicas y emocionales, hasta los estamentos de seguridad que protegen el área y, sobre todo, con los migrantes, que se encuentran en una situación tan vulnerable que nos lleva a los países a unirnos en la búsqueda de soluciones”, dijo Aponte.