Nueva York, 30 ene (EFE).- La defensa del exsecretario de Seguridad Pública mexicano, Genaro García Luna, acusado de narcotráfico en un tribunal de Estados Unidos, intentó este lunes minar la credibilidad del narcotraficante Oscar Nava Valencia, alias “El Lobo” Valencia, que aseguró haber pagado más de 10 millones de dólares a García Luna a cambio de seguridad e información.
En su turno de preguntas, el togado Florian Miedel se centró en el pasado criminal de El Lobo y también en que desde que fue detenido en 2011 hasta 2020 nunca mencionó el nombre de García Luna durante las decenas de encuentros que mantuvo con agentes de seguridad y fiscales estadounidenses.
El Lobo intentó justificarse asegurando, por un lado, que la Fiscalía no le preguntó específicamente sobre el exsecretario de Seguridad Pública García Luna hasta 2020 y, por otro lado, que tenía medio de posibles represalias contra su familia.
En este sentido, Miedel sacó a relucir que en 2022 El Lobo dijo a los agentes de seguridad estadounidense que se retractaba de sus declaraciones sobre García Luna y que no lo había conocido, aunque tras hablar con ellos, decidió seguir adelante con su testimonio original.
Asimismo, la defensa insistió en los acuerdos alcanzados entre la Fiscalía y el testigo para su reducción de condena.
Mieden hizo hincapié en que gracias a estos acuerdos, El Lobo, que se declaró culpable de narcotráfico fue condenado en 2014 a 25 años de prisión y, posteriormente, en 2019 se redujo su condena a 16 años y medio.
Según el propio El Lobo, su salida de presión está prevista para 2025.
La defensa también hizo hincapié en que tanto El Lobo como otros narcos, entre los que citó a Joaquín “El Chapo” Guzmán, El Grande o Alfredo Beltrán fueron detenidos entre 2006 y 2012, cuando García Luna era el secretario de Seguridad Pública.
Los abogados de García Luna sostienen que la Fiscalía no tiene pruebas “objetivas” contra su cliente, como documentos, grabaciones o vídeos y que se basan sobre los testimonios de criminales, narcotraficantes y asesinos que quieren vengarse de los responsables de seguridad y alcanzar acuerdos para salir cuanto antes de prisión.
La misma línea argumental fue utilizada por la defensa la semana pasada para desacreditar al primer testigo de la Fiscalía, Sergio Villarreal Barragán, alias “el Grande”, un testimonio basado únicamente en sus palabras y que no pudo apoyar en grabaciones ni documento alguno, según insistió la defensa.