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Nueva York, 12 sep (EFE).- Carolina Herrera evocó este lunes un jardín secreto de aire majestuoso en el hotel Plaza de Nueva York, donde presentó una colección para la próxima temporada de primavera-verano femenina, elegante y dominada por las flores, tanto en estampados como en aplicaciones con relieve.
En la cuarta jornada de la Semana de la Moda, el desfile tomó un salón de estilo renacentista en el que las modelos hicieron una entrada digna del Baile de Debutantes parisino, atravesando una galería con columnas de mármol y bajando unas escaleras hacia la multitud de invitados que llenaba el espacio.
La marca, dirigida creativamente por Wes Gordon desde que Herrera le cedió la batuta en 2018, aprovechó la temporada en la que mejor lucen sus siluetas entalladas y propuso vestidos coquetos, cortos para el día y largos para ocasiones especiales, así como clásicas combinaciones de pantalón y blusa con cintura marcada.
El creativo quiso hacer además un homenaje a la diseñadora venezolana, cuyo estilo siempre mantiene presente en sus colecciones, ya que en el histórico hotel situado al pie de Central Park es donde esta hizo una de sus primeras presentaciones hace casi cuarenta años.
Gordon, que dijo haberse inspirado en “El jardín secreto” de la novelista Frances Hodgson Burnett, dio protagonismo absoluto a las flores en estampados de colores pastel amarillo, rosa, o lila que combinaban con todo, ya fuera entre sí, con franjas distintas en un mismo vestido, o con otras piezas de rayas o lisas.
También brilló la joyería, en pendientes largos de piedras preciosas que se movían al paso de las modelos y en las propias prendas, por ejemplo en un vestido ajustado hasta la rodilla con corpiño, todo recubierto de unas gemas rojas que también decoraban una minifalda combinada con chaqueta americana negra.
Destacaron las “chicas buenas” que representan la fragancia “Good Girl”, entre ellas la maniquí Karlie Kloss, que llevó dos vestidos largos, uno de rayas verticales con aberturas y una flor en relieve en el hombro de una manga abullonada, y otro de flores más conservador, con cuello cerrado, manga larga y cinturón.
Precious Lee, una modelo negra de talla grande que saltó a la fama el año pasado con Versace y desde entonces es una de las más solicitadas en un sector en busca de diversidad, tuvo el cometido de cerrar la pasarela luciendo un vestido negro con escote palabra de honor y una cascada de tul a la cola.
El evento reunió a unas trescientas personas, una notable diferencia respecto a los reducidos grupos de otras ocasiones debido a la pandemia, y estuvieron encabezadas por Carolina Herrera, que nunca falta a la cita; la editora de Vogue, Anna Wintour, y celebridades de todo el mundo, como la cantante mexicana Becky G.
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