Washington, 5 ene (EFE).- Grupos proinmigrantes tildaron de peligrosa, confusa e ineficaz la nueva política anunciada este jueves por el presidente Joe Biden que amplía un programa temporal para migrantes de Haití, Cuba y Nicaragua vía aérea, pero que castiga con la polémica devolución expedita de extranjeros en la frontera con México.
Junto con el alivio migratorio, el gobierno estadounidense anunció que prohibirá la entrada al país durante cinco años para todos aquellos migrantes que crucen sin permiso la frontera con México una vez se haya levantado el Título 42, heredado del gobierno de Donald Trump.
Sergio González, director de Immigration Hub, criticó la iniciativa al señalar que crea nuevas sendas legales que permitirían que los migrantes de esos tres países lleguen al país por vía aérea, pero expulsa a quienes lleguen a la frontera.
“Nos decepciona enormemente el anuncio de una ‘prohibición de tránsito’ que limitará drásticamente los derechos legales de quienes buscan asilo y protección en la frontera sur”, añadió.
“Instamos al presidente Biden para que se aparte de políticas que socavan nuestros valores y la meta, prometida por el Gobierno, de un sistema de inmigración más justo, humano y ordenado”, dijo González.
La Administración de Biden precisó hoy que ofrecerá 30.000 permisos humanitarios temporales mensuales para venezolanos (que ya eran beneficiados con el programa), cubanos, nicaragüenses y haitianos que tengan un patrocinador en Estados Unidos, pero deportará a los que lleguen de forma irregular.
Mary Miller Flowers, del Centro Juvenil para Derechos de los Niños Inmigrantes, afirmó que el anuncio “está muy lejos de los compromisos que hizo el presidente Biden de luchar por la justicia racial, los derechos de los inmigrantes y la protección de las familias”.
“Es discriminatorio y peligroso”, añadió Miller. “El gobierno de Biden debe revertir estas políticas y restaurar el derecho de asilo”.
Vanesa Cárdenas, directora ejecutiva de America’s Voice, consideró que “cierra la puerta para más personas que buscan asilo al tiempo que abre unas pocas ventanas y ésa no es la respuesta ni un balance apropiado”.
“Es bueno que el Gobierno de Biden parezca listo a involucrarse, pero la respuesta no es el sustento de políticas miopes y que mucho se apoyan en la disuasión, y que contrarían nuestros valores e intereses”, añadió.
Por su parte, el grupo Asylum Seeker Advocacy Project afirmó que “un enfoque de ‘zanahoria y garrote’ puede funcionar con los asnos, pero jamás funcionará con gente que huye de la violencia”.
“No expulsemos a quienes buscan un sitio seguro”, añadió. “Estados Unidos necesita sus destrezas, su coraje y su tenacidad para repoblar su decreciente mano de obra y para estimular la economía”.
Melina Roche, de la Campaña WelcomeWithDignity (Bienvenidos con Dignidad), sostuvo que “en lugar de arreciar con el Título 42, el Gobierno de Biden debería cumplir la ley restaurando el derecho legal a buscar protección”.
El uso de la norma sanitaria Título 42 “es una política fallida que pone en peligro las vidas de quienes buscan asilo”, agregó Roche.
Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, opinó que “el abrir una ventana chica para unos pocos refugiados y personas que buscan asilo al tiempo que se le cierra la puerta en la cara a la mayoría, no es ético ni la solución a la situación actual en la frontera”.
“Es una estrategia inefectiva que acentuará el caos y la confusión en la frontera, hará poco para resolver el sistema de inmigración, y pisoteará nuestros valores como país que da la bienvenida”, sostuvo García.