¿Te levantas por las mañanas y sientes que tu cuerpo sigue acurrucado en sí mismo durante, al menos, unos minutos más? Si te suena esa sensación, la rigidez apretando tus músculos al despertar, debes saber que su respuesta es variable: desde el estado del colchón y almohada que utilices al de tu propio organismo lanzándote una señal: muéveme. Por lo general, estos síntomas desaparecen pasados unos minutos, pero a veces persisten durante el día, y algunas mañanas son peores que otras o, a veces, incluso puedes pasar períodos de tiempo sin notarlo. Como estarás suponiendo, si tu cama está en orden, tal vez sea hora de revisar tu rutina de vida para ver qué está determinando tu descanso. “No se sabe por qué ocurre la rigidez matutina, especialmente a medida que las personas envejecen, pero el único hilo común es que ocurre después de largos períodos de inactividad”, dice el Dr. William Docken, reumatólogo del Brigham and Women’s Hospital, afiliado a Harvard. “Es por eso que a menudo te sientes tan rígido cuando te despiertas, ya que dormir es cuando estás inactivo por más tiempo continuo”.
La clave está en tus huesos: La mayoría de las veces, esa sensación de tirantez al despertar es el resultado de cambios de la noche a la mañana en la lubricación de dos partes diferentes del cuerpo: las articulaciones y la fascia. La fascia es un grupo complejo de tejidos conectivos que rodean y sostienen los músculos, tejidos blandos, órganos y huesos. “Cuando te mueves, el tejido que rodea las articulaciones segrega un líquido que las lubrica, lo que permite que los huesos se muevan entre sí con facilidad”, explica el especialista en medicina del dolor George Girgis. Es por eso mismo que, como apunta Girgis, “mientras te mueves durante el día el flujo se mantiene. Pero la falta de movimiento por la noche puede provocar inflamación, rigidez y dolor por la mañana”.
Fruto de la inactividad: William Docken, reumatólogo del Brigham and Women’s Hospital y miembro del equipo de investigadores de Harvard, también sostiene que esa falta de movilidad es la que provoca que a menudo te sientas tan rígido cuando te despiertas, “ya que dormir nos deja inactivos por más tiempo continuo”. Para romper largos períodos de estar sentado, configura un temporizador en tu teléfono u ordenador para recordarte que debes moverte cada 20 a 30 minutos. Caminar por casa o salir a dar un paseo a la calle, lo que sea que suponga darle movilidad a tu musculatura. También, por ejemplo, puedes realizar algunas tareas domésticas o incluso una serie de movimientos ligeros durante un minuto.