Washington, 31 ago (EFE).- Estados Unidos dijo este miércoles que la defensa de los afrodescendientes alrededor del mundo es un asunto de “seguridad nacional” y puso como ejemplo los proyectos que lleva a cabo en Colombia y en Brasil para mejorar la inclusión de las comunidades negras.
En una rueda de prensa con motivo del Día de la Afrodescendencia, la nueva alta representante del Departamento de Estado para la Justicia Racial, Desiree Cormier Smith, explicó que su trabajo consiste en que la política exterior estadounidense se enfoque en “eliminar el racismo, la discriminación y la xenofobia”.
Smith, nombrada en junio por el secretario de Estado, Antony Blinken, para este cargo de nueva creación, explicó que Estados Unidos participa en proyectos en Brasil para “documentar violaciones de los derechos humanos de los afrodescendientes” y para promover la “tolerancia” hacia los fieles de religiones de origen africano.
Mientras que en Colombia, trabaja con autoridades a nivel nacional y local para fomentar que los procesos de rendición de cuentas por el conflicto “prioricen las necesidades de las poblaciones afrocolombianas e indígenas”.
También mencionó que su Gobierno lleva a cabo programas en Oriente Medio y en el norte de África que promueven “el desarrollo de legislaciones inclusivas para las comunidades históricamente marginadas”.
La alta representante aseguró que promover la igualdad y la equidad de las comunidades afrodescendientes no solo es lo “moralmente correcto”, sino también forma parte de “los intereses de seguridad nacional” de Estados Unidos.
“Alentamos a todas las naciones a trabajar juntas para reconocer y conmemorar las atribuciones indispensables de los africanos y los afrodescendientes en todo el mundo”, expresó.
En la misma rueda de prensa, la embajadora estadounidense ante la ONU, la afroamericana Linda Thomas-Greenfield, aseguró que la Administración de Joe Biden también “está tomando medidas para resolver la discriminación étnica y racial dentro de Estados Unidos”.