Washington, 5 ago (EFE).- El Gobierno estadounidense tiene esperanza de que la fortaleza del mercado laboral, que en julio añadió más de medio millón de puestos de trabajo, dé suficiente margen de maniobra a la Reserva Federal (Fed) para poder combatir la inflación sin provocar una recesión de la economía.
“(La Fed) mirará estos datos (del empleo), y si bien tal vez hagan su trabajo un poco más difícil, por otra parte les darán un margen de maniobra suficiente para reducir la inflación sin causar un daño indebido”, dijo este viernes en una entrevista con Efe la asesora económica de la Casa Blanca, Cecilia Rouse.
Rouse respondía así a los temores de algunos economistas de que la excepcional robustez del mercado laboral contribuya a mantener elevada la inflación, que fue del 9,1 % en junio, obligando al banco central estadounidense a seguir subiendo los tipos de interés para tratar de poner coto al histórico aumento de los precios de consumo.
La asesora destacó que el presidente estadounidense, Joe Biden, considera prioritario darle a la Fed la independencia necesaria para combatir la inflación, por lo que no entró a valorar la posibilidad de que el organismo presidido por Jerome Powell continúe subiendo los tipos en incrementos de 0,75 puntos, las mayores subidas en casi 30 años.
Rouse defendió además que la mayoría de las medidas que Biden se plantea para reducir la inflación, como una cancelación temporal del impuesto federal a la gasolina, requerirían la aprobación del Congreso, por lo que urgió a los legisladores a aprobar la Ley de Reducción de la Inflación que comenzará a debatirse, previsiblemente, este sábado en el Senado.
La ley contempla inversiones para la reducción del déficit y para impulsar la transición energética por valor de miles de millones de dólares.
De salir adelante, se convertiría en la legislación más ambiciosa contra el cambio climático aprobada en Estados Unidos, asegura la Casa Blanca.
“La reducción del déficit acarrea el potencial de reducir la inflación a corto plazo, porque quita estímulos de la economía en vez de añadirlos”, defendió Rouse.
Sin embargo, una de las medidas que se plantea Biden para poner coto a la subida de precios no necesitaría el apoyo del Congreso: la reducción de los aranceles a China que su antecesor, el republicano Donald Trump (2017-2021), impuso en plena guerra comercial con el gigante asiático.
Rouse no quiso adelantarse a una posible decisión de Biden, pero aseguró que el presidente estudia la posibilidad, en el contexto de la situación geopolítica, como muestra de su compromiso con la reducción de la inflación.
Este viernes se conoció que el nivel de desempleo en Estados Unidos bajó en julio hasta el 3,5 % en el que se encontraba antes de la pandemia, su nivel más bajo de los últimos 50 años, y una situación de prácticamente pleno empleo.
La Administración de Biden suele referirse a la fortaleza del mercado laboral como ejemplo de que la economía estadounidense no se encuentra en recesión, a pesar de que cada vez son más los economistas que temen que la vuelta a una política fiscal restrictiva lleve a una contracción de la mayor economía del mundo.
“Tenemos un mercado laboral muy firme y muy sano, y ese es uno de los principales componentes para determinar si la economía se encuentra en recesión”, defendió la asesora.
La semana pasada se conoció que el Producto Interior Bruto estadounidense (PIB) se contrajo un 0,2 % de abril a junio y encadenó así dos trimestres de caídas, lo que tradicionalmente se considera una recesión técnica.
La Casa Blanca cree, sin embargo, que la fortaleza del mercado laboral demuestra que la economía estadounidense continúa creciendo con fuerza tras la crisis provocada por la pandemia, y que esto permitirá a la Fed ralentizar su ritmo sin afectar demasiado al empleo.