Nueva York, 26 may (EFE).- Un broche con forma de estrella de mar diseñado por el artista español Salvador Dalí en torno a 1950, en oro amarillo y piedras preciosas, saldrá a subasta por un millón de dólares en la casa Christie’s de Nueva York el próximo 7 de junio, informó este viernes la institución.
“L’étoile de mer”, una de las joyas destacadas y más caras de la venta de lujo de la casa, es una estrella de cinco puntas engarzada con una perla cultivada, diamantes, rubíes y esmeraldas, y va acompañada de dos pequeñas mariposas adheribles.
Aunque al maestro surrealista se le conoce sobre todo por sus pinturas, la genialidad de Dalí (1904-1989) abarcó múltiples disciplinas, desde la escultura hasta el cine pasando por la poesía y la fotografía e incluyendo también el diseño de muebles y de joyería.
En 1949, tras firmar un contrato con la firma de joyería Alemany & Company, el artista se zambulló en esa disciplina y produjo piezas de marcada opulencia inspirándose en objetos comunes, animales, partes de la anatomía y figuras religiosas, indica Christie’s en un comunicado.
“Dalí consideró interesante el simbolismo de renovación de la estrella de mar, y con su toque surrealista diseñó unas ramas de oro con hojas de esmeralda que salen del centro” del animal marino, agrega.
El broche a subasta perteneció a la heredera Rebekah Harkness (1915-1982), una figura de la alta sociedad estadounidense conocida sobre todo por su mecenazgo del ballet y que entabló amistad con Dalí tras encargarle, como a otros artistas, que pintara uno de los decorados para su teatro.
El interés por la relación entre Harkness, que creó la compañía de ballet a su nombre, Harkness Ballet, y Dalí, ha resurgido recientemente después de que la cantante Taylor Swift los mencionara en una canción llamada “The last great American Dynasty” (La última gran dinastía estadounidense).
En ella, Swift, que es hoy propietaria de la mansión en la que vivió Harkness en Rhode Island, dice sobre su musa: “Llenó la piscina con champán y nadó con los grandes nombres, y se gastó el dinero en los chicos y el ballet, y en perder apuestas en los juegos de cartas con Dalí”.