Washington, 18 ene (EFE).- Los abogados del expresidente Donald Trump (2017-2021) instaron este jueves al Tribunal Supremo a poner fin “de manera rápida y decisiva” a cualquier esfuerzo para expulsarlo de las primarias del Partido Republicano e impedir que compita contra Joe Biden en las elecciones de noviembre.
Los abogados de Trump se posicionaron así en un escrito entregado al alto tribunal antes de que los jueces celebren el 8 de febrero una audiencia pública para estudiar el caso sobre la expulsión de Trump de las primarias republicanas del Partido Republicano en Colorado.
En ese documento, los letrados argumentan que los intentos para echar a Trump de las elecciones privarán del derecho al voto a millones de estadounidenses y podrían “desatar el caos y la confusión si otros tribunales estatales y funcionarios estatales siguen el ejemplo de Colorado y excluyen al probable candidato presidencial republicano de sus papeletas”.
El Tribunal Supremo está estudiando este caso por petición del equipo legal de Trump, que ha recurrido una decisión anterior del Tribunal Supremo de Colorado.
El 19 de diciembre del año pasado, en un fallo sin precedentes en la historia de Estados Unidos, el Tribunal Supremo de Colorado había determinado que Trump no podía participar en las primarias republicanas de ese estado por su papel en el ataque al Capitolio.
Posteriormente, el 28 de diciembre, Maine se convirtió en el segundo estado en descalificar a Trump. En este caso, la decisión fue tomada por la autoridad encargada de organizar las elecciones en esa circunscripción, la secretaria de Estado de Maine, la demócrata Shenna Bellows.
El equipo legal de Trump también ha recurrido esa decisión de la secretaria de Estado de Maine, en ese caso ante el Tribunal Supremo de ese estado.
En ambos casos, las autoridades consideraron que Trump participó en un intento de “insurrección”, lo que le descalifica para ocupar cargos públicos de acuerdo a la Sección Tercera de la Enmienda 14 de la Constitución.
Esa enmienda fue aprobada en 1868, después de la guerra civil en Estados Unidos, con el objetivo de evitar que los alzados sureños de la Confederación que habían jurado la Constitución y luego la traicionaron pudieran llegar al poder.
Esas decisiones, a falta de que se pronuncie el Tribunal Supremo de EE.UU., solo afectan a Colorado y Maine porque en el sistema federal estadounidense cada estado -y no la nación- es responsable de organizar los comicios.
Otra quincena de estados, entre ellos Oregón, Virginia, Nueva York o Nevada, están también dirimiendo si Trump puede presentarse a las elecciones.
En el complejo sistema político y electoral estadounidense, donde los estados son los encargados de organizar los comicios, aunque sean los presidenciales, cada uno tiene sus propias leyes y reglas, por lo que demandas parecidas pueden tener un desenlace distinto.
Es ahí donde cobra mayor importancia el Supremo, ya que un fallo del Alto Tribunal debería ser acatado en toda la nación.
Seis de los nueve integrantes del Alto Tribunal son considerados conservadores, tres de ellos nominados por el propio Trump durante su mandato, por lo que sería sorprendente no le den la razón al exmandatario.
Sin embargo, el hecho de que algunos de ellos sean seguidores del “originalismo”, una corriente legal que aboga por interpretar la Constitución tal y como la escribieron los fundadores, siembra dudas sobre la futura decisión del Supremo.
Aunque la audiencia pública para estudiar el caso será el 8 de febrero, aún no se sabe cuándo el Tribunal Supremo de EE.UU. emitirá su fallo y tampoco se sabe cómo de lejos irá.
Las primarias tanto de Colorado como de Maine están convocadas para el próximo 5 de marzo.