Nueva York, 8 mar (EFE).- Los trapos de cocina gigantes de la artista española Elena del Rivero ondearon hoy en la monumental escalinata de la Alcaldía de Nueva York, como un particular homenaje feminista, cargado de ironía, en este 8 de marzo.
El proyecto “Home Address”, que nació en 2019 y que Del Rivero califica de “anti-monumento”, consiste en colgar los trapos sucios en lugares públicos e históricos a modo de banderas y reflejar con ello el papel cambiante que las mujeres tienen y han tenido a lo largo de la historia.
Del Rivero, afincada en Nueva York, los llama “trapos monstruosos”, y con ellos quiere representar el recorrido de las mujeres en los últimos tiempos: después de largo tiempo confinadas en la cocina, han pasado a ocupar el espacio público y a ejercer el poder, y concretamente en la ciudad de Nueva York, que pese a tener un alcalde hombre, tiene gran parte de sus carteras ocupadas por mujeres.
De hecho, decenas de mujeres con cargos altos y medios en la Alcaldía posaron hoy junto a la artista y al alcalde Eric Adams en las escalinatas del edificio, debajo de los enormes trapos manchados.
El alcalde tomó la palabra en ese acto y dijo que los trapos de Del Rivero eran un símbolo de “las luchas y retos” a las que se han enfrentado las mujeres en la sociedad contemporánea, y cada una de sus manchas representaba una historia.
Los trapos de la cocina no solo servían para limpiar -recordó- sino también para secar el sudor o enjugar las lágrimas de la madre o los hijos, y ahí no pudo evitar citar uno de sus temas predilectos: su madre Dorothy Mae Adams, mujer pobre y apenas escolarizada, maltratada por su marido, que sacó adelante prácticamente sola a seis hijos.
Para Adams, que reivindicó el trabajo de todas las mujeres que lo acompañan en la Alcaldía, es injusto cómo el trabajo de otras muchas mujeres es olvidado o borrado a menos que ocupen puestos prominentes.