Washington, 2 mar (EFE).- El expresidente de Perú Alejandro Toledo (2001-2006) se ha comprometido a entregarse a las autoridades de EE.UU. para ser extraditado a Perú si sigue fuera de prisión, mientras se estudia su recurso de apelación.
En un escrito presentado ante la corte federal del Distrito Norte de California, con sede en San Francisco, los abogados de Toledo respondieron a la petición del Gobierno de EE.UU. para que se le detenga de forma preventiva antes de la extradición del exmandatario, solicitado por la Justicia del país andino por delitos de corrupción.
Su defensa sostuvo que en los tres años desde que se inició el proceso judicial contra él nunca ha intentando fugarse ni salir del territorio estadounidense.
De hecho, presentaron un documento de la Agencia de Servicios Previos al Juicio, que se encarga de ofrecer recomendaciones sobre la puesta en libertad de los acusados, en el que este órgano no muestra oposición a que Toledo siga fuera de la cárcel.
En ese sentido, la defensa indicó que el expresidente se entregará a los alguaciles de EE.UU. una vez que las autoridades peruanas culminen los preparativos para su extradición y viajen al país norteamericano.
Sostuvieron que el recurso de apelación presentado por Toledo para evitar su extradición ante la Corte del Noveno Circuito de EE.UU. podría tardar meses en llegar, con lo que el expresidente “podría languidecer” esperando en una celda a que se resolviera dicho recurso.
También alegaron motivos de salud, dado que el exmandatario tiene 76 años de edad, su estado es “frágil” y se está recuperando de dos operaciones, una en el hombro derecho y otra en el codo. Asimismo, recordaron que en el pasado estuvo aislado en una celda, lo que calificaron de “cruel”.
“Por todas estas razones, el Dr. Toledo solicita respetuosamente a esta corte que le permita seguir en libertad bajo fianza y fuera de custodia”, apuntó la defensa.
El pasado 21 de febrero, el Departamento de Estado concedió la extradición de Toledo, solicitada por la Justicia de Perú por delitos de corrupción.
Toledo está acusado en su país de recibir decenas de millones de dólares en sobornos de la empresa brasileña Odebrecht a cambio de favorecerla en sus negocios en Perú, cuando aún era presidente.
En concreto, ha sido investigado por la presunta comisión de los delitos de lavado de activos, colusión y tráfico de influencias, con relación a contratos concedidos a Odebrecht para la construcción de la Ruta Interoceánica entre Brasil y Perú.
El exmandatario fue detenido en 2019 en California, donde ha residido durante los últimos años, y estuvo 8 meses en prisión por riesgo de fuga, aunque pudo salir de la cárcel al serle concedida la libertad bajo fianza por la pandemia.
En concreto, el juez ordenó su libertad bajo fianza en marzo de 2020 y que fuera confinado de inmediato en su casa en la bahía de San Francisco (había una orden de confinamiento obligatoria en aquel momento) con un sistema de vigilancia GPS.
En septiembre pasado, la Justicia de EE.UU. dio luz verde a su extradición a Perú, al haber hallado pruebas suficientes que justifican esta medida, aunque la decisión final quedó en manos del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.
En el capítulo peruano del caso Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción de Latinoamérica, también estuvieron implicados los expresidentes Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), así como la tres veces candidata presidencial Keiko Fujimori.