Washington, 19 abr (EFE).- El Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó este miércoles que Rodney Reed, condenado a muerte en Texas hace casi 25 años, podrá argumentar en favor del uso de evidencias de ADN no consideradas en su juicio, que él afirma le exonerarán de culpa.
Reed, de 55 años de edad, fue sentenciado en mayo de 1998 a morir por el secuestro, la violación y el homicidio de Stacey Stites en abril de 1996.
La fiscalía sostuvo que Reed violó y estranguló a la mujer de 19 años cuando ella salía a trabajar en Bastrop, unos 50 kilómetros al sureste de Austin.
El condenado ha sostenido desde entonces que el asesino fue el novio de Stites, el exagente policial Jimmy Fennell. Según Reed, Fennell estaba furioso porque Stites, que era blanca, tenía un amorío con Reed, que es afroamericano.
Desde que Reed fue condenado los tribunales de Texas han rechazado numerosas apelaciones, y celebridades como Kim Kardashian y Rihanna han expresado su apoyo al convicto en peticiones al estado para que no proceda con la ejecución.
Texas ha agumentado que Reed esperó demasiado tiempo para iniciar ante un tribunal federal su cuestionamiento de los procedimientos estatales de manejo de evidencias de ADN.
Este miércoles el juez Brett Kavanaugh escribió el dictamen del Tribunal Supremo con el respaldo del presidente de la máxima corte, John Roberts, y las juezas Sonia Sotomayor, Elena Kagan, Amy Coney Barrett y Ketanji Brown Jackson.
Los jueces Clarence Thomas, Samuel Alito y Neil Gorsuch se opusieron al fallo, que devuelve el caso de Reed a una corte inferior para que esta decida si se le permite al reo usar pruebas de ADN posteriores a su condena.
El caso trae a luz nuevamente el debate sobre las evidencias de ADN en el sitio del crimen y cuándo un preso puede reclamar el acceso a esa técnica en apoyo de su declaración de inocencia.
El Innocence Project, organización que representa a otros clientes que han cuestionado las pruebas de ADN y que representa a Reed en este caso, indica que hasta la fecha 375 personas en Estados Unidos han sido exoneradas por las pruebas de ADN, incluidas 21 que estaban condenadas a muerte.