Miami, 29 ago (EFE).- La Corte Suprema de EE.UU. se negó este jueves a detener la ejecución programada para esta noche de Loran Kenstley Cole, condenado por el asesinato en 1994 del estudiante universitario John Edwards, en Florida, cuya defensa argumentó que sería inhumana debido a que padece Parkinson.
El reo, de 57 años, había impugnado los procedimientos de inyección letal con el argumento de que la administración del cóctel de medicamentos de Florida “muy probablemente le causará dolor y sufrimiento innecesarios” debido a los síntomas causados por su enfermedad.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó su sentencia de muerte en julio pasado y la ejecución con inyección letal está prevista para hoy en la Prisión Estatal de Florida.
Cole torturó y asesinó al estudiante, de 18 años, en un bosque donde había acampado con su hermana, a la que violó el asesino.
En febrero de 1994, Edwards y su hermana, Pam Edwards, de 21 años, instalaron su campamento en el Bosque Nacional de Ocala, donde conocieron a Cole y a William Paul, según un informe judicial.
Cole y Paul alejaron a Edwards y a su hermana del campamento, los atacaron brutalmente y robaron.
Cole le cortó luego la garganta a Edwards, agredió sexualmente a la hermana y la dejó atada a unos árboles antes de que pudiera escapar y llamar a la Policía.
Los asesinos se dieron a la fuga en el automóvil de los hermanos.
El hombre que estaba con Cole, William Paul, quien se declaró en el juicio culpable de asesinato en primer grado, actualmente cumple una condena de cadena perpetua.
La ejecución será la primera en Florida desde la de Michael Zack, en octubre pasado, por el asesinato de Ravonne Smith en 1996.
Será también la novena ejecución que se realice en Florida durante el mandato del gobernador DeSantis, quien sacó adelante una reforma judicial que permite la mayoría simple, y no la unanimidad, para la imposición de la pena capital en este estado.
Según el Departamento de Correcciones de Florida, 105 personas han sido ejecutadas por ese estado desde 1979.
El pasado 23 de agosto la Corte Suprema de Florida rechazó una apelación de Cole, en la que también argumentó que su ejecución debía ser bloqueada porque sufrió abusos en un reformatorio administrado por el estado donde, durante décadas, los niños sufrieron golpes y violaciones.