Washington, 4 mar (EFE).- Los bomberos continúan este lunes bregando para controlar los incendios forestales en Texas, que han causado la muerte de al menos dos personas y devastado en una semana unas 527.000 hectáreas de bosques.
Según el Servicio Forestal de la universidad Texas A&M hay todavía cinco incendios forestales activos y uno de ellos, el mayor en la historia de Texas, el Smokehouse Creek en el condado Hutchinson, ha incinerado casi 405.000 hectáreas.
Las temperaturas más altas que lo normal en este mes invernal, los bajos índices de humedad y los vientos fuertes han contribuido en la propagación de las llamas, pero el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha indicado que un frente frío este lunes aliviará las condiciones.
“Si bien el pronóstico no contiene lluvias, los vientos y los valores de la humedad relativa no alcanzarán umbrales para incendio en el comienzo de esta semana”, señala la estación de NWS en Amarillo, 750 kilómetros al noroeste de Austin.
Los incendios han sido particularmente destructivos en la región del Panhandle, en el norte de Texas, donde se cría casi el 85 % del ganado de ese estado.
Las autoridades han informado de que Joyce Blankenship, una exmaestra de 83 años, murió en el incendio de su casa en la localidad de Stinnet, 55 kilómetros al nordeste de Amarillo.
Otra víctima, identificada como Cindy Owen y cuyo camión fue envuelto por las llamas al sur de Canadian, 160 kilómetros al nordeste de Amarillo, falleció en un hospital de Oklahoma adonde fue transportada.
El domingo, las autoridades del condado Hutchinson ordenaron la evacuación durante unas tres horas de la ciudad de Fritch, 55 kilómetros al norte de Amarillo, al aproximarse las llamas de un nuevo incendio, denominado Roughneck.
Los bomberos lograron contener el 25 % de este incendio cuando había consumido unas 120 hectáreas, y las autoridades declararon que no había habido daños a edificios.