Nueva York, 11 mar (EFE). – Sólo un dos por ciento de los migrantes adultos de los que se ven obligados a dejar los albergues en Nueva York ha aceptado el boleto de autobús o avión que le regala la ciudad para trasladarse a otro lugar o estado.
Eso representa una modesta cifra de 30 emigrantes al día que se acogen a esos vuelos gratuitos, de acuerdo con el periódico digital Gothamist.com, que ha tenido acceso a cifras oficiales por la ley de transparencia.
Desde que comenzó el flujo de inmigrantes el año pasado a Nueva York- enviados por el estado de Texas o por cuenta propia- la ciudad ha invertido 7,6 millones de dólares en pagar boletos de avión o autobús para unos 28.500 inmigrantes,
Los nuevos destinos para estos inmigrantes han sido Illinois, Texas, Florida, Colorado, Minnesota, Georgia, Virginia, Carolina del Norte y Pensilvania.
Más de un 80 por ciento de los inmigrantes que pierden su refugio -luego de que la ciudad impusiera en septiembre un límite de 30 días para solteros adultos- son redirigidos a Santa Brígida, una antigua escuela católica en Manhattan donde la ciudad estableció un centro de atención para estos casos.
La ciudad ha emitido más de 55.000 avisos de desalojo para adultos solteros.
En octubre impuso la misma regla de desalojo para familias con niños, y según el alcalde Eric Adams estas medidas les permite tener espacio para inmigrantes que continúan llegando a la ciudad desde la primavera del 2023 y reduce los costes proyectados, algo por lo que ha sido criticado por abogados y activistas que brindan ayuda a esta población.
De acuerdo con el diario, entre 800 y 2.800 inmigrantes acuden diariamente a Santa Brígida tras perder el albergue y hacen cola a la intemperie por horas bajo gélidas temperaturas con la esperanza de conseguir un lugar para dormir.
Muy pocos tienen la suerte de lograr tener un colchón bajo un techo desde el primer intento, por lo que muchos optan por dormir en los parques y el metro de la ciudad para retornar al centro -a veces por varios días- hasta conseguir una cama, y otros acuden a iglesias que les permiten pernoctar pero tienen que salir temprano del lugar.
En promedio, sólo el 15 % puede conseguir una cama para pasar la noche, según datos proporcionados a Gothamist por la agencia de gestión de emergencias de la ciudad (FEMA por siglas en inglés) desde mediados de diciembre hasta marzo.
“No hay compasión, cuidado o respeto al echar a la calle a personas que no tienen adónde ir”, indicó la vicepresidenta del Concejo municipal, Diana Ayala.
De acuerdo con la alcaldía, más del 60 % de los inmigrantes -unos 113.000- que han estado bajo el cuidado de la ciudad han dejado los albergues.