Querétaro (México), 5 jul (EFE).- El instinto de la mexicana Guadalupe Lizbeth Ramírez le decía que su esposo Marcial Trejo estaba en el camión en el que murieron 53 migrantes la semana pasada en Texas (Estados Unidos), por lo que tras conocer la noticia buscó contactos en uno de los consulados.
“Señora, tranquilícese, tenemos un nombre”, le comentó por teléfono un funcionario del municipio de Jalpan, en el céntrico estado de Querétaro, cinco días después del accidente en la ciudad estadounidense de San Antonio (Texas).
“Me dicen: ‘tiene que ir a Relaciones Exteriores a entregar papelería, para que le den informes’. Y por último yo le pregunto a la persona: ‘pero dígame una cosa, ¿encontraron algún documento a nombre de él, de mi esposo?’. Y me dice: ‘sí, encontramos su INE (identificación)’. Entonces yo lo di más por hecho”, narra Ramírez a Efe. UN SUEÑO FRUSTRADO Marcial Trejo es uno de los primeros mexicanos y el único queretano del que se ha confirmado su identidad que estaba en el camión con más de 60 migrantes hacinados el lunes 27 de junio, fecha desde la que han muerto 27 mexicanos. Trejo tenía 38 años de edad, apenas a tres días de cumplir 39, y se dirigía a Estados Unidos buscando un mejor futuro. Era originario de Pinal de Amoles, uno de los municipios más pobres y con mayor tasa de migración hacia Estados Unidos en Querétaro. El pasado 19 de junio partió hacia Monterrey, la ciudad más grande del norte de México, con la intención de cruzar por el río Bravo, pues en noviembre su hija cumple 15 años, un festejo para el que quería ganar dinero. Su ahora viuda comenta que desde que él se graduó de la secundaria comenzó a buscar el famoso “sueño americano”, pues desde entonces viajaba hacia Estados Unidos, donde pasaba largos períodos para luego regresar a su tierra natal. “Partió de aquí el 19 de junio por la tarde, pues su objetivo de él era el más grande, era tener una mejor calidad de vida, un hogar y salir adelante y, como nuestra hija está próxima a cumplir 15 años, en noviembre próximo, ese era su grande sueño, salir adelante como familia”, expresa Ramírez. Desde que partió hacia el norte, se mantuvo en constante comunicación con su esposa, a través de mensajes de WhatsApp. Pero el sábado 25 de junio fue su último contacto con él, pues todo el domingo dejó de recibir noticias y el lunes fue su última conexión a las 05.45 horas. La siguiente información la tuvo al conocerse la trágica noticia del camión hallado en San Antonio. “Fue lo primero que pensé, porque al momento de que marcan el trayecto que tuvo el tráiler, y pues él estaba en ese lugar, tuve yo la corazonada de que había sido él, que él iba ahí. Yo empecé a buscar contactos del consulado, pero yo no me sentía capaz de hacerlo”, relata. UNA ODISEA TRAS LA MUERTE La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Instituto Nacional de Migración (INM) han prometido ayudar con la repatriación de los cuerpos y auxiliar a familiares de las víctimas. Pero desde que recibió la noticia de que encontraron su credencial de elector, Ramírez dice que no ha recibido confirmación por parte de las autoridades mexicanas. Comenta que el padre de su esposo, quien radica en Estados Unidos, fue quien viajó a la localidad del sur de Texas para identificar el cuerpo. “De hecho ahorita Relaciones Exteriores, Cancillería, no lo han confirmado, yo lo tengo confirmado porque fue su papá personalmente a San Antonio a reconocerlo”, afirma. Para la familia de Trejo, así como para el pueblo que lo vio crecer, la noticia es un balde de agua fría que aún no pueden creer, pero que ya deja una gran tristeza en el ambiente. “Yo lo conozco desde que era un niño. Para nosotros ha sido algo muy triste porque su familia, ellos son mis compadres. De hecho, mi esposo era su padrino”, comenta Elvia Velázquez, una vecina.