“Señor de los Milagros” una devoción peruana llena de fe

Colaboración: Catholic News Herald

Charlotte, NC.- Decenas de fieles ataviados con trajes de color morado ocuparon una zona preferencial del templo de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, el domingo 9 de octubre por la tarde, para atender la misa solemne y procesión del Señor de los Milagros, una devoción de origen peruano que se ha extendido por todo el mundo.

El Padre Leo Tiburcio, vicario parroquial, celebró la misa en que se honró la milagrosa imagen del llamado Cristo Moreno de Pachacamilla. Lo asistió en el altar el Diácono Eduardo Bernal. 

PROCESIÓN

Al término de la Eucaristía, los asistentes se dirigieron al exterior del templo donde ya se encontraba la imagen montada sobre un anda, que mostraba dos imágenes: al frente la del Señor de los Milagros y, en su lado posterior, la de la Virgen de la Nube, una advocación mariana de origen ecuatoriano.

Tras aplausos se inició el recorrido procesional por los terrenos de la parroquia, que abrió paso a la imagen un grupo de sahumadoras que elevaban al aire nubes de un fragante humo. 

Después de avanzar trayectos cortos, los integrantes de la hermandad se turnaban para llevar la pesada anda. Algunos padres de familia acercaban a sus pequeños hijos para ser alzados y puestos frente a la imagen del Cristo crucificado.

FIELES 

“Mi fe me ha traído a ver al Señor de los Milagros”, dijo el señor Irineo Garay. “Después de 64 años de matrimonio, hace cuatro años mi esposa falleció. Hoy ya tengo 90 años y vengo por los dos, a pedirle al Señor por la salud de mi familia”.

Jorge Caldas, capataz de la Hermandad South Charlotte, organizadora de la procesión, agradeció el apoyo constante de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, donde se aloja la imagen en un lugar preferencial, recibiendo veneración de los fieles y devotos durante todo el año.

También dio las gracias a los hermanos de otras hermandades en Charlotte y Raleigh que colaboraron, y espera que el próximo año puedan incrementar sus actividades para progresivamente “volver a lo que era la procesión antes de la pandemia”.

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