La Habana, 24 ene (EFE).- Las artes plásticas y el jazz se fusionan a partir de este martes -y hasta el próximo sábado- con el inicio en La Habana del proyecto Jazz x Art encabezado por el saxofonista y compositor estadounidense Ted Nash, ganador de dos premios Grammy.
Las salas del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba retumban con el sonido de clarinetes, violines y saxofones. Todo es parte de un ambicioso trabajo de Nash, que arrancó esta mañana con una veintena de jóvenes músicos cubanos.
El taller –que forma parte de la edición 38 del Festival Internacional Jazz Plaza 2023– consiste en que los artistas se “inspiren” con las obras del museo para improvisar y crear una pieza musical.
Al final de varios días de trabajo, los chicos expondrán el resultado, junto con el estadounidense, en un concierto que tendrá lugar en el patio del museo este 28 de enero a las 17.00 hora local (22.00 GMT). La fecha coincidirá con el natalicio 170 de José Martí, héroe nacional de Cuba.
“Siento que este es un proyecto muy ambicioso porque, en primer lugar, son un montón de músicos a los que nunca había conocido ni con los que había trabajado, pero (…) no se trata de nuestra experiencia, se trata del hecho de que estamos dispuestos a trabajar juntos”, contó el artista a EFE.
Y así se notó desde que sonaron las primeras notas dentro del museo.
La improvisación de Yesiney Pérez Lora, estudiante de clarinete de cuarto año en la Escuela Nacional de Arte, cautivó en cuestión de segundos a los curiosos que formaron un semicírculo a su alrededor mientras ella seguía tocando frente a un cuadro.
Sin que Pérez se diera cuenta, Nash –visiblemente emocionado– se le unió con su saxofón y así logró que la joven cumpliera con un sueño de vida: tocar al lado de uno de sus ídolos.
“Lo conozco desde hace dos años cuando vi un video de él en Youtube. Fue increíble (formar un dueto improvisado), no sabía qué hacer… fue asombroso”, declaró a EFE la alumna de 18 años.
Yesiney aplaudió la oportunidad que el Jazz x Art brinda a los músicos jóvenes de Cuba. Subrayó que la iniciativa sirve para poner a un lado las diferencias políticas –e históricas– entre Estados Unidos y la isla.
“La mayor enseñanza que tienen este tipo de clases es que los músicos, sin importar de dónde venimos, no tenemos tantas diferencias. Al contrario. Tenemos muchas cosas en común”, añadió.
Este ejercicio, según reseñó Nash, tiene eso como punto medular: unir a la gente.
“Siento que (el proyecto) es un tema atemporal para mí. No importa la política, no importa lo que pasa en el mundo (…) No hay mejor momento para hablar de colaboración que el presente”, apuntó el saxofonista.
Según los organizadores del evento, esta es la primera vez que se realiza una colaboración de este tipo entre cubanos y estadounidenses en un museo de arte en la isla.