Nueva York, 15 may (EFE).- El exinfante de la Marina estadounidense Daniel Penny, imputado por “homicidio imprudente” después de estrangular a un sintecho en un vagón del metro de Nueva York, ha conseguido ya 2,2 millones de dólares en una campaña popular de recogida de fondos.
La campaña ha sido promovida por un Give Send Go, un sitio de crowdfunding que se define como “cristiano” y que fue creado hace solo tres días, nada más conocerse su imputación.
La campaña señala en su página web que Penny afronta una investigación penal “por proteger a los individuos en un vagón de metro de Nueva York de un asaltante que luego murió”, sin mencionar el hecho de que fue una llave de estrangulamiento que Penny aplicó sobre esa persona, y que duró varios minutos, la que le causó la muerte.
Lo recaudado irá destinado a pagar la defensa de Penny de este proceso “y cualquier otra denuncia civil que pueda surgir” contra este joven de 24 años al que llaman “un condecorado veterano de la Marina”.
Los hechos sucedieron el 1 de mayo, cuando Jordan Neely, un sintecho neoyorquino con problemas mentales que se ganaba la vida como imitador de Michael Jackson, penetró en un vagón de metro y se puso a gritar de modo incoherente, algo relativamente habitual en el metro neoyorquino.
Sin que aparentemente mediara una amenaza directa, Daniel Penny lo tumbó al piso y le aplicó una llave de estrangulamiento, ayudado por dos pasajeros más que contribuyeron a inmovilizar al vagabundo, mientras otros pasajeros miraban sin intervenir y uno se dedicaba a grabar el vídeo de la muerte de Neely, que se hizo viral.
Aunque la muerte de Neely sacó a decenas de personas a las calles, han sido numerosas las personas que de uno u otro modo han manifestado más bien su comprensión con el agresor, comenzando con el alcalde Nueva York, Eric Adams, del ala derecha del Partido Demócrata, que en un primer momento precisó que “aquí hay graves asuntos mentales en juego”.
Más tarde, y ante las críticas desde su propio partido por no haber salido en defensa de Neely -que además era un negro agredido por un blanco-, Adams matizó su postura, pero todo ello dejó claro que la preocupación por la inseguridad pasa para muchos neoyorquinos por encima de la defensa de otros derechos.