Miami, 26 jul (EFE).- Miles de corales de las guarderías y granjas submarinas de los Cayos de Florida amenazados por la elevada temperatura del agua del mar están siendo llevados por buzos y personal de organismos científicos a un laboratorio en tierra para salvarlos de una muerte casi segura.
Al menos 1.500 de esos corales que se utilizan para restaurar los arrecifes del rosario de islas situado entre EE.UU. y Cuba están ya en el Laboratorio Marino de los Cayos y van a seguir llegando más, dice este miércoles a EFE su directora, Cindy Lewis, quien nunca había visto temperaturas del agua tan elevadas como este verano.
“Los corales están acostumbrados a vivir en aguas de hasta 86 grados Fahrenheit (30 grados Celsius). Cuando el agua se calienta tanto como los 90 grados (32,3) se estresan mucho y, como resultado, expulsan a las pequeñas algas fotosintéticas que viven en sus tejidos y son parte de su alimentación”, explica.
Sin las algas, que son color marrón dorado, la piel del coral, que “es en realidad muy clara, casi translúcida”, se ve blanca, de ahí que se hable del “blanqueamiento” de los corales cuando se producen los episodios de estrés por el calor, que “no son normales” pero sí “cada vez más frecuentes”, dice.
BLANCOS COMO UNA MANCHA DE LEJÍA
“Lo que estamos viendo cuando vemos coral blanqueado es el esqueleto blanco a través de la piel del coral”, subraya Lewis, quien explica que el blanqueamiento es una señal de que ese coral sufre estrés y falta de alimento y es más vulnerable a las enfermedades que afectan a estos animales.
De una manera muy gráfica Lewis explica que este episodio de blanqueamiento es peor que los anteriores: “antes se los veía pálidos, ahora son blancos como la nieve sucia, como cuando te cae lejía (cloro) en el pantalón”.
En el Laboratorio Marino de los Cayos, situado en Layton, en Cayo Largo, y perteneciente al Instituto Oceanográfico de Florida, los corales son introducidos en mesas llenas de agua de mar a una temperatura regulada y constante.
Lewis dice que en conjunto las 60 “mesas” de 240 galones (904 litros) cada una que tiene el laboratorio pueden albergar entre 3.000 y 5.000 corales o incluso más.
Sin embargo, no todos los que lleguen al laboratorio, donde la idea es tenerlos a resguardo unos dos meses, se salvarán.
“Algunos llegan ya muy, muy decolorados y estresados, así que podemos perder quizás hasta un 10 %. No lo sabremos hasta que lleven aquí un par de semanas”, dice.
La desaparición de los corales de las guarderías y granjas submarinas sería un mazazo para el enorme esfuerzo de restauración de la barrera de coral que va desde el norte de Miami hasta los cayos más meridionales de Florida, donde existe una reserva marina nacional.
UN ESFUERZO COLECTIVO
En el traslado de los corales está también implicada la Universidad del Sur de Florida (USF), la cual es sede del Instituto Oceanográfico de Florida, que tiene también socios como el Acuario de Florida, la Comisión de Conservación de la Vida Salvaje y Marina del estado e instituciones privadas.
Lewis dice con preocupación que aún queda por delante el usualmente caluroso mes de agosto y subraya que en el esfuerzo por salvar los arrecifes floridanos están involucradas cientos de personas y es extremadamente costoso, pero necesario.
Para Florida, los arrecifes son “muy importantes”. “Es una industria de miles de millones de dólares, entre el turismo, los deportes subacuáticos y la pesca recreativa y comercial”.
Pero además son “la primera línea de protección frente a los huracanes, además de un tesoro de biodiversidad”, subraya.
La Fundación de Restauración de Coral (CRF, en inglés), que trabaja también los Cayos de Florida, comunicó esta semana que sus equipos hallaron el pasado 20 de julio en el arrecife Sombrero, un lugar protegido donde habitan especies de coral en peligro, un “100 por 100 de mortalidad” a causa de las elevadas temperaturas del agua.
“Los vibrantes arrecifes de coral de Florida, cruciales para la comunidad local y la economía del estado, se enfrentan a una crisis grave y urgente debido al aumento de la temperatura del agua”, dijo la fundación en un comunicado.
“La posible pérdida de poblaciones de coral dentro del Santuario Nacional Marino de los Cayos de Florida se está convirtiendo rápidamente en una realidad alarmante”, agregó.