Washington, 2 may (EFE).- Políticos tanto demócratas como republicanos, así como activistas, repudiaron este martes la decisión del presidente Joe Biden de enviar fuerzas militares a la frontera sur de Estados Unidos para apoyar en la contención de migrantes.
El portavoz del Departamento de Defensa, general de brigada Pat Ryder, informó que unos 1.500 soldados del Ejército llegarán a la frontera “tan pronto como el 10 de mayo y en las próximas semanas”.
El 11 de mayo concluye la emergencia sanitaria nacional declarada durante la pandemia de covid-19 y al amparo de la cual el gobierno del ahora expresidente Donald Trump y el del actual mandatario Joe Biden han usado el Título 42 para la expulsión expedita de cientos de miles de migrantes.
Las autoridades locales en la frontera y las agencias federales esperan un incremento en el número de migrantes dispuestos a cruzar la frontera de forma irregular.
El emplazamiento de fuerzas militares “no es sustituto de una reforma significativa de (las leyes de) inmigración”, afirmó el congresista Jesús García, demócrata de Illinois, en un mensaje por la red Twitter. “No deberíamos enviar a fuerzas militares para lidiar con los migrantes vulnerables”.
El representante federal recordó que los demócratas repudiaron la política de Trump “por hacer estas mismas cosas”, y agregó que “Biden no debería seguir el ejemplo”.
El senador Bob Menéndez, demócrata por Nueva Jersey, emitió una declaración en la que afirma que “la militarización de la frontera por parte de la Administración Biden es inaceptable”.
“Ya existe una crisis humanitaria en el Hemisferio Occidental, y desplegar personal militar solo envía la señal de que los migrantes son una amenaza que requiere que nuestras naciones envíen tropas para contenerlos. Nada podría estar más alejado de la realidad”, añadió.
A su vez, el senador Roger Wicker, republicano de Misisipi y miembro del Comité de Fuerzas Armadas, opinó que “debido a la falta de un plan para esta situación enteramente previsible, el Departamento de Defensa se verá obligado ahora a emplazar tropas en servicio activo, lo cual tendrá impactos negativos en el estado de preparación militar”.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, desestimó la medida afirmando que Biden hizo el anuncio “principalmente para hacer papeleo, y solo por 90 días”.
“Esto no hace nada para detener la inmigración ilegal. Yo desplegué hasta 10.000 miembros de la Guardia Nacional de Texas en la frontera para llenar las brechas creadas por las temerarias políticas de frontera abierta de Biden”, añadió el gobernador republicano.
Por su parte Jonathan Blazer, director de estrategias fronterizas de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), apuntó que “el presidente Biden ha tenido años para preparar el fin, muy demorado, del Título 42 y para garantizar que la gente que llega huyendo de la violencia pueda hallar seguridad en la frontera de una manera humana y digna”.
Biden “ya ha anunciado su intención de imponer una veda ilegal del asilo, reviviendo las políticas de Trump que antes repudió”, dijo Blazer. “Ahora, envía tropas a la frontera a último momento por pura postura política”.
En el mismo tenor, el codirector ejecutivo de Make the Road New York, José López, divulgó una declaración en nombre de la agrupación que condena “el plan anunciado por el presidente Biden de ceder a la retórica antiinmigrante extremista y militarizar aun más la frontera sur de la nación”.
“Una y otra vez la Administración ha dado la espalda a nuestras responsabilidades legales y éticas para con los buscadores de asilo que vienen a este país huyendo de la violencia y el desastre, y ha fracasado en la tarea de brindar soluciones reales”.
De acuerdo con López, “el fin del título 42 debiera ser un momento para financiar adecuadamente un esfuerzo seguro y organizado para permitir a los buscadores de asilo buscar seguridad y protección, no para infligir más daño regresando a las políticas temerarias de la anterior Administración”.