Nueva York, 16 sep (EFE).- La Fiscalía que investiga los ‘crímenes de Gilgo Beach’ (una playa de Nueva York) pidió este lunes ayuda para identificar a una víctima vinculada al caso del presunto asesino en serie al que se atribuyen las muertes de seis mujeres desaparecidas hace décadas, Rex Heuermann.
El caso de Gilgo Beach, muy mediático en Estados Unidos, se originó en 2010, cuando las autoridades buscaban a una mujer desaparecida en una remota zona costera de Long Island, en el este del estado, y hallaron con el paso de los años los restos de nueve mujeres, un hombre y un bebé.
Después de pasar años inactivo, el caso dio un giro determinante en 2023 con la detención de Heuermann, un arquitecto de 59 años casado y con dos hijos, a quien se acusó del homicidio de tres de las mujeres y posteriormente de otras tres, todas ellas jóvenes prostitutas.
El fiscal del condado de Suffolk, Ray Tierney, encargado del caso, dio en una rueda de prensa nuevos detalles de otra de las víctimas: un hombre asiático según sus restos biológicos pero que tal vez era una mujer trans, con una edad de entre 17 y 23 años, y que se cree que sufrió una muerte “violenta” en torno a 2006.
Respecto a esta víctima, cuyos restos se hallaron en 2011, el fiscal dijo que era de origen chino y llevaba ropa de mujer, por lo que hoy se publicaron hoy tres bocetos con reconstrucciones faciales de hombre y de mujer e información en chino mandarín, cantonés, tailandés e indonesio.
“Antes de 2006, esta persona tenía amigos, posiblemente compañeros de clase o de trabajo, y una familia, y alguien debe de saber quién es”, dijo Tierney, que sugirió que se trataba de una trabajadora sexual, como las otras víctimas, y que pasó tiempo en la Gran Manzana antes de morir.
Tierney, además, animó a la población asiática a donar ADN a dos bases de datos comerciales usadas por las autoridades en investigaciones de genealogía genética, puesto que esta comunidad está infrarepresentada y eso dificulta sus tareas.
Heuermann ha sido hasta ahora acusado de homicidio por las muertes, entre las décadas de 1990 y 2010, de Melissa Barthelemy, de 24 años; Megan Waterman, de 22; Amber Lynn Costello, de 27; Maureen Brainard-Barnes, de 25; Jessica Taylor, de 20, y Sandra Costilla, de 28.
Aunque el fiscal no quiso especular si Heuermann es sospechoso de la muerte de esta víctima, señaló que sus restos fueron hallados a unos 90 metros de los de Megan Waterman y afirmó que las autoridades pueden imputar a un sospechoso por su muerte sin conocer su identidad.