Mérida (México) 9 mar (EFE).- Los manglares y una salinera prehispánica que forman parte del municipio de Dzemul, al noreste del estado mexicano de Yucatán, están en peligro por la colocación irregular de tubería de agua potable, advirtieron campesinos de la región costera.
“El alcalde de Dzemul, José Wilberto Flota Aké, comenzó un proyecto de 15 kilómetros para llevar agua potable a Telchac Puerto, pero atraviesa áreas naturales que ponen en peligro la flora y fauna de la zona costera”, contó a EFE Juventino Náhuat Pat, uno de los 65 socios de la salinera Xtampú que participó en una manifestación contra el plan municipal.
Acompañado de José Armando Pat Canul y otros socios que impidieron que trabajadores municipales coloquen tubos de PVC al ras de los mangles y charcas salineras, dijo que no permitirán que se destruyan los mangles, “ni nuestro sustento de vida que son las charcas salineras”.
“No permitiremos que continúen con esa obra irregular, porque no cuenta con los permisos de impacto ambiental”, aseguró.
Otros manifestantes que declinaron identificarse por temor a represalias piden apoyo a las autoridades ambientales de Yucatán, para que se detenga el proyecto que ocasionaría un ecocidio.
Recordaron que en 2023, autoridades ambientales clausuraron por primera vez el proyecto de llevar agua potable a Telchac Puerto debido a los daños que ocasionaría al medio ambiente y “en mayo de 2024, sucedió lo mismo”
“Como el alcalde fue reelecto para un segundo periodo, este 2025 insiste en llevar agua potable a Telchac Puerto, causando afectaciones también al pueblo de Dzemul, porque dos o tres veces por semana carecemos del vital líquido”, aseguró Pat Canul.
Aunque caminaba con apoyo de un bastón, mostró que a ras de los mangles y la salinera se escarbó para poner tuberías de PVC y aun costado hay material de construcción.
“Hay que evitar ese proyecto que no beneficiará al pueblo de Dzemul, pero sí ocasionará daños a los mangles y charcas salineras que son prehispánicas, existen desde tiempos inmemoriales, cuando nuestros abuelos mayas intercambiaban sal por jade y otros artículos”, indicó.
Cuarto lugar en extensión de manglar

Por su parte, Jorge Alfredo Herrera Silveira, profesor investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) Mérida, explicó que los manglares son esenciales para mantener los ecosistemas costeros tropicales y subtropicales.
“Deben estar en buenas condiciones no solo para seguir manteniendo servicios ambientales importantes para la comunidad sino para resguardar sus bienes y sus vidas, porque hacen frente a tormentas y ciclones”, expuso.
“Restaurar y conservar ecosistemas de manglar es un tema internacional y México debería estar a la vanguardia, porque es el cuarto lugar en extensión de manglar en el mundo, después de Indonesia, Australia y Brasil”, precisó.
El especialista precisó que la Península de Yucatán tiene 60 % de los manglares de todo México, “y su cuidado es trascendental”.
Sobre el problema que a traviesan los campesinos de Dzemul, comentó que “es necesario realizar un diagnóstico rápido para sugerir alternativas de llevar agua potable a las casas del puerto sin dañar mangles y salinera”.
“Las comunidades necesitan vivir, necesitan recursos y servicios, pero se deben tomar acciones que no dañen los ecosistemas, ni las actividades productivas”, agregó.
Cualquier estructura que pase por el manglar tiene que ser del tipo llamado “elevado”, una tubería “no puede estar al ras del suelo, porque impactaría la hidrología del manglar”.
“Si la tubería la ponen debajo, entonces sería peor, porque tendrán que abrir una zanja y eso significaría un impacto en el agua, suelo y manglar”, aseveró.
Pago de impuesto ambiental

El investigador del Cinvestav propone el pago de un impuesto ambiental para los propietarios de las casas veraniegas que recibirían el servicio de agua potable, “porque el líquido pasará por un ecosistemas extremadamente frágil e importante como es el manglar”.
Consideró que todas las obras de infraestructura urbana o industrial deben tener un cargo económico, “porque afectamos los ecosistemas y no se paga por eso”.