Nueva York, 11 ene (EFE).- El Partido Republicano estadounidense pidió hoy formalmente al congresista George Santos que renuncie a su escaño tras demostrarse la gran cantidad de “mentiras y falsedades” que utilizó para ser elegido en los comicios del pasado noviembre.
Ha sido la sección del partido del condado neoyorquino de Nassau, por el que fue elegido Santos, la que ha dado el paso de desmarcarse de él un mes después de que el diario The New York Times destapara que el joven congresista, de origen brasileño, había mentido sobre sus orígenes, sus estudios, su carrera profesional y hasta sus antecedentes familiares.
“Le pedimos su inmediata dimisión”, dijo el presidente de la sección local del partido, Joseph Cairo, que estuvo rodeado por la plana mayor de dirigentes del partido y cargos electos federales, estatales y locales para dejar clara la unión del partido en su toma de distancias con Santos.
“Ha deshonrado a la Cámara de Representantes -dijo Cairo- con su campaña de mentiras y fabulaciones (…) No hay sitio para él (en el partido), aquí no es bienvenido ni para reuniones ni mítines”, subrayó.
Tras él tomaron la palabra una decena larga de responsables republicanos que subrayaron la “mancha” que suponía para el partido el escándalo de Santos, quien hasta el momento no ha dado muestras de disponerse a dimitir, aunque su posición a partir de hoy es cada vez más crítica.
Uno de ellos recordó la numerosa comunidad judía residente en este condado del este de Nueva York, quienes se han sentido “ultrajados” por las “asquerosas” mentiras de Santos cuando se inventó que su propia familia era descendiente de supervivientes del Holocausto, cuando en realidad son católicos de Brasil.
Si George Santos finalmente dimite, como todo parece indicar, sería necesario celebrar unas nuevas elecciones solo en el condado de Nassau para ocupar el escaño faltante, y en ese caso el Partido Republicano se arriesga a perder uno de los 222 escaños que le garantizan la actual mayoría.
Santos, con una carrera meteórica a sus 34 años y que se presentaba como uno de los primeros republicanos abiertamente homosexual, ha admitido únicamente haber “embellecido” su currículum, como haberse graduado por una prestigiosa universidad por la que nunca pasó.
El republicano tiene en su contra varias investigaciones por parte de fiscales federales y locales sobre posibles actividades delictivas durante sus dos campañas en el Congreso, si cometió delitos relacionados con sus finanzas o declaraciones engañosas.
Además, según The New York Times, las autoridades policiales brasileñas tienen la intención de revivir los cargos de fraude en su contra derivados de un incidente en 2008 con respecto a una chequera robada.