David (Panamá), 1 sep (EFE).- Los gobiernos de Panamá y Costa Rica decidieron este viernes unirse en “una sola voz” frente a la comunidad internacional para afrontar la inédita crisis migratoria regional, que les impacta de forma similar al ser países de tránsito de un fenómeno cuyas causas le son ajenas.
“Tanto Costa Rica como Panamá tienen retos similares y parte de lo que se conversó es tener una sola voz en la comunidad internacional (…) para ver cómo juntos pudiésemos tener un mayor impacto”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores panameña, Janaina Tewaney, tras culminar una cita de cancilleres y ministros de Seguridad de ambos países.
El canciller de Costa Rica, Arnoldo André, señaló asimismo que ambos países han “unido esfuerzos para juntos salir a la comunidad internacional a pedir ese apoyo en función de la responsabilidad compartida de las naciones”.
LA CRISIS MIGRATORIA DEBE SER “MEJOR ADMINISTRADA”
Las causas de la migración, dijo André “son conocidas por todos: las pésimas condiciones de vida. Por un lado, en los países del Sur, en especial en Venezuela por el régimen que ahí impera, pero también la tolerancia que tiene Colombia respecto del paso por Darién”, la selva fronteriza con Panamá.
A ello se añade “el crimen organizado, la trata de personas que incluye a migrantes de África y de Asia que pasan por nuestros países, en ese sentido hemos explicado a la comunidad internacional que el asunto migratorio debe ser mejor administrador”, dijo el canciller.
“Los flujos migratorios requieren de una acción internacional conjunta y de un financiamiento internacional por responsabilidad compartida. No es justo ni equitativo que sea Panamá y Costa Rica quienes tengan que imponer una nueva deuda para atender un problema cuya causa no es (de ambos países)”, apuntó André.
Las autoridades de Panamá aseguran que en los últimos años han invertido cerca de 70 millones de dólares en la atención a los migrantes que cruzan el Darién.
El canciller costarricense recalcó que Panamá y Costa Rica estaban preparados para dar ayuda humanitaria hasta 400 migrantes en tránsito por día, pero “jamás 2.000, 3.000 y hasta 4.000” como se ha registrado durante picos este año y el anterior.
Respecto a Colombia, André señaló que “tiene su forma de ver el problema en la libertad de flujos y nosotros creemos en la mejor administración”.
Panamá acusa a los países del sur de América, especialmente a Colombia de dar la espalda al problema migratorio en un tono que se ha endurecido en las últimas semanas.
La reunión de este viernes entre altos funcionarios de Panamá y Costa Rica se desarrolló en la ciudad de David, la capital de la provincia panameña de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, situada a 445 kilómetros de la capital panameña.
Las autoridades de ambos países se encontraron para una estrategia conjunta ante el flujo imparable de viajeros irregulares, pues en lo que va de año la cifra inédita de más 331.000 personas han llegado a Panamá tras cruzar la selva del Darién en su viaje hacia Estados Unidos, principalmente.
Los migrantes, en muchos casos familias enteras con niños e incluso adultos mayores, se enfrentan a toda clase de peligros en la jungla, incluidos asaltos y violaciones, y muchos mueren, de acuerdo a testimonios de los viajeros.
Dirigentes de la población costarricense de Paso Canoas, fronteriza con Panamá, se quejan de la presencia de los migrantes que se acumulan allí por falta de dinero para seguir el viaje y han protestado con el cierre intermitente del área, lo que ha generado tensión en la frontera.