Miami, 18 mar (EFE).- El sociólogo y escritor Oscar René Vargas, uno de los más de 200 presos políticos nicaragüenses desterrados a EE.UU., dice a EFE que el presidente Daniel Ortega, su antiguo compañero de armas, del que cree que se convirtió en “dictador” por el “dinero venezolano”, “no aguanta este año”.
“Todos los factores apuntan que Ortega no tiene capacidad de retomar la iniciativa política de manera positiva para él”, subraya Vargas en una entrevista en la que compara la Nicaragua actual con la República Democrática Alemana en el último trimestre de 1989.
El 1 de octubre de ese año la extinguida RDA celebró por todo lo alto el 40 aniversario de su nacimiento y el 9 de noviembre cayó el Muro de Berlín, dice Vargas como un ejemplo de que, a su juicio, no se ve a simple vista que “el régimen orteguista se está carcomiendo por dentro” y en Nicaragua va a haber una “implosión social”.
“Aparentemente Ortega se hace cada día más fuerte con la represión”, pero “esa represión cada día más tiene un efecto ‘boomerang’ que es contrario a sus intereses”, como en el caso de la operación de liberación de 222 presos políticos, dice Vargas, quien hoy es “cien por cien antiorteguista”, pero hace más de 50 años , le salvó a vida al hoy presidente de Nicaragua.
UN ANTI-ORTEGUISTA QUE LE SALVÓ LA VIDA A ORTEGA
Ocurrió cuando en los años 60 ambos eran guerrilleros sandinistas que luchaban contra la dictadura somocista y quien lo contó en primer lugar fue Ortega, apunta Vargas, quien cree en el “proyecto original” del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y se declara progresista y democrático..
Vargas cree que la combinación de una “implosión social” y una oposición unida en torno a “un acuerdo de mínimos” pueden rematar a una dictadura que “cada día comete nuevos errores”.
Autor de 57 libros, el ultimo de 2021 titulado “Incubando la crisis de abril” y centrado en las protestas que estallaron en Nicaragua en 2018, dice que a Ortega le salió el tiro por la culata con el destierro de los presos políticos y tampoco ha sabido “medir las consecuencias” de su hostigamiento a los religiosos católicos nicaragüenses.
Pensaba que iba a ganar tiempo y a apaciguar a la comunidad internacional, pero, a juicio de Vargas, se “equivocó” al quitar la nacionalidad nicaragüense a los liberados y al dejar detenido al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, y por eso la operación tuvo un efecto negativo para él.
Además, entre los que fueron hechos presos por razones políticas y luego desterrados se creo un espíritu de grupo y todos salieron de la cárcel entendiendo que es necesaria la unidad, subraya.
Están repartidos por distintos puntos de EU.UU. pero tienen un chat. “Todo el día nos comunicamos”, subraya Vargas, quien hace votos para poder llegar “lo mas pronto posible” a un “programa mínimo democrático” aceptado por todas las corrientes opositoras.
“Creo que todos estamos de acuerdo en lo que tiene que ver con la democracia, los derechos humanos, la lucha contra la corrupción, la no reelección, etcétera, etcétera.., yo creo que ahí hay una base que nos permite conectarnos”.
Su propuesta es evitar el “sectarismo” y dejar de lado todo lo que divide frente al “enemigo común que es Ortega”.
Vargas nunca ocupó un cargo en un gobierno encabezado por Ortega, pero sí fue asesor de la dirección del FSLN, y sus discrepancias con el hoy presidente surgieron en 2007, cuando regresó al poder como ganador de unas elecciones democráticas
EL DINERO DE CHÁVEZ TRANSFORMÓ A ORTEGA
Vargas empezó a criticar abiertamente algunas medidas de Ortega y se fue distanciando rápidamente de su antiguo compañero de lucha clandestina.
“Ortega mató el sandinismo”, asevera Vargas, de 76 años y también economista e historiador
Cuando se le pregunta qué fue lo que cambió a Ortega dice: “Yo creo que el dinero venezolano que empezó a recibir sin control en 2007”.
Según Vargas, el dinero que le enviaba el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chavéz, empeñado en crear una alianza de países “bolivarianos”, llegaba “directamente a sus manos (de Ortega) sin pasar por los organismos del Estado”.
“Ahí comenzó un proceso generalizado de corrupción en todos los ámbitos, incluido el sistema político en Nicaragua. Y a partir de ahí Ortega se pone en la soberbia y en el deseo de mantenerse en el poder”, subraya.
Vargas, que había hecho creer que estaba asilado en Costa Rica, pero en realidad estaba clandestinamente en Nicaragua, fue detenido “por casualidad” en un control policial en noviembre de 2022.
Unos pocos días antes había escrito en su blog un artículo en el que comparaba a Ortega con un elefante izado con cuerdas dentro de una habitación.
Las “hormigas políticas, empresariales y eclesiásticas” que sujetan las cuerdas con las que mantienen en alto al paquidermo quieren soltarlas, pero a la vez temen que al caer las aplaste, escribió.