Nueva York, 29 sep (EFE).- La Fiscalía de Nueva York y el FBI imputaron hoy al oligarca ruso Oleg Deripaska, considerado cercano al Kremlin, así como a dos de sus asociadas, por violar las sanciones impuestas a Deripaska y las empresas de su emporio (“Basic Element”) y por confabularse para hacer que su hijo naciera en Estados Unidos valiéndose de mentiras.
Una de sus socias, residente en Nueva Jersey, fue arrestada esta misma mañana.
Un comunicado del Ministerio de Justicia precisó que las empresas de Deripaska son objeto de sanciones desde abril de 2018, fecha de la anexión rusa de Crimea, pero desde entonces “se alió con otros para evadir estas sanciones durante años (y) utilizó el sistema financiero estadounidense para mantener y conservar tres propiedades de lujo en el país”.
El millonario empleó además a sus compatriotas Olga Shriki y Natalia Bardakova “para proveer servicios valorados en cientos de miles de dólares en su beneficio en Estados Unidos”, y relata por ejemplo cómo Shriki vendió un estudio de música en California por tres millones de dólares que luego evadió a Rusia a través de empresas pantalla.
En 2020, detalla el documento, las socias de Deripaska ayudaron a la novia de este último, Voronina, embarazada, a conseguir un visado y entrar en Estados Unidos para dar a luz y conseguir así la nacionalidad estadounidense para el bebé; para ello las tres mujeres manipularon el apellido del bebé para camuflar su parentesco con el oligarca.
Además, Voronina había solicitado solo un visado de turismo de diez días y ocultó su propósito de quedarse seis meses, hasta el nacimiento de su hijo, todo ello tras ser instruida por Deripaska de que “tuviera cuidado” en las entrevistas con las autoridades migratorias y ocultase su verdadero propósito.
“Pese al continuo apoyo de Deripaska al régimen ruso, financió transacciones de cientos de miles de dólares para que su hijo pudiera aprovecharse del sistema estadounidenses de salud y de los derechos de ciudadanía”, reza el documento.
Deripaska trató de repetir la misma operación en 2022 y envió a su novia, nuevamente embarazada, hacia Estados Unidos, pero fue detectada (presumiblemente en el aeropuerto) y expulsada hacia Estambul, de donde procedía.
Por todos estos hechos, las socias de Deripaska también están acusadas de obstrucción a la justicia y de proporcionar falsos testimonios a los agentes de inmigración.
Los cargos contra Deripaska y sus socias les pueden acarrear hasta 20 años de cárcel, mientras que Shriki puede ser además condenada a otros 20 años por destrucción de pruebas y Bardakova a otros cinco por falso testimonio.
Oleg Deripaska es uno de los oligarcas rusos que no esconden su cercanía con el poder, y hace solo tres meses se permitía bromear con el efecto de las sanciones en una conferencia en Moscú: “Sabemos que dentro de año y medio las sanciones no solo perderán sentido, sino que trabajarán en sentido contrario. Cuando no puedan derogarlas por motivos políticos, se convertirán en un grave obstáculo para los países que las impusieron”.
Según el empresario ruso, las sanciones contra Rusia, que calificó de “insensatas”, tienen una fecha de caducidad cercana, por lo que bromeó que dentro de varios años los rusos “vivirán bien, después de sufrir un poco”.