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Nueva York, 31 oct (EFE).- Varias obras maestras de pintores que han definido el arte contemporáneo salen al mercado la próxima semana en una subasta que la casa Christie´s califica de histórica y que consiste en la venta de la colección amasada durante toda una vida por uno de los fundadores de Microsoft, Paul G.Allen.
“Cinco padres del arte moderno -Seurat, Monet, Cezanne, Gauguin o Van Gohg-, cada uno representado por una obra maestra es algo que no se volverá a ver, y todas procedentes de una colección privada: es algo que ocurre una vez en la vida”, dijo a EFE Max Carter el vicepresidente de Christie´s para arte de los siglos XX y XXI en un pase previo de prensa.
El pase de prensa contó en esta ocasión con una presencia llamativa de personal de seguridad en cada una de las salas, medida extraordinaria tomada por Christie’s ante la sucesión de ataques en distintos museos por parte de activistas climáticos, según dijeron sus responsables.
No solo hay impresionistas en la colección de Allen -cuya venta irá íntegramente destinada a proyectos filantrópicos aún por definir-; hay también piezas icónicas de Lucian Freud, Francis Bacon, Georgia O´Keeffe, Gustav Klimt, Paul Klee, Wiliam Turner, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Diego Rivera o Edward Hopper, por citar solo a los más conocidos.
Christie´s ha previsto que las ventas de toda la colección de Allen, que tendrán lugar los días 9 y 10 de noviembre bajo el nombre de “Visionario”, superarán los 1.000 millones de dólares, lo que convierte esta subasta en uno de los puntos fuertes del año.
Antes de desembarcar en Christie’s para su destino final, la colección de Allen -que incluye también piezas de Botticelli, Donatello o Jan Brueghel el Joven- ha viajado por Europa y Asia, donde la casa de subastas los ha mostrado en Hong Kong, Taipei y Shangai.
“Los compradores asiáticos representan desde hace cinco años entre el 25 y el 30 por cien de nuestras ventas -dijo Carter- y su interés está cada vez más diversificado, pero lo que más les atrae por el momento es el impresionismo, los pintores premodernos y en general las obras de grandes maestros”.
UNA CLASE DE HISTORIA
Las obras que Allen adquirió a lo largo de su vida (1953-2018) cuentan por sí solas no solo la historia del arte, sino la Historia en general: hay una obra de Klimt (El bosque de Birch, 1902) que fue requisada a sus dueños por el régimen nazi, y tuvo que esperar hasta 2006 para ser devuelta al estado austriaco.
Otras obras fueron en su momento atesoradas por icónicos multimillonarios americanos, antes de venderlas para multiplicar su valor: así, Maternité II de Gauguin (pintada en 1899) estuvo en manos de David Rockefeller, mientras que una de las pinturas de Venecia que Turner hizo inspirándose en Canaletto fue propiedad durante décadas del banquero JP Morgan.
Como suele ser habitual, las “joyas de la corona” son las telas impresionistas y de sus epígonos: entre las pinturas que se espera ronden o superen los 100 millones de dólares están Les poseuses de Seurat, una de las cumbres del puntillismo, La montagne Saint-Victoire, una de las obras más reconocibles de Cezanne o Huerto con ciprés, de Van Gogh.
El afán casi obsesivo que representan los impresionistas en el mercado del arte contemporáneo lo justificó Carter por su disponibilidad ya relativa: “Cuanta menor es la disponibilidad a medida que se van vendiendo las obras en el mercado, más va subiendo su precio de mercado”, pero reconoció que en el futuro inmediato todavía van a dominar el gusto de los coleccionistas.
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