Miami, 17 oct (EFE).- La necropsia practicada a la orca Lolita, que falleció tras más de medio siglo en cautividad en el Miami Seaquarium, reveló que el animal murió por una “progresión de múltiples afecciones crónicas”, incluidas enfermedades renales y neumonía.
“Toki” (como también se conocía a la orca), cuyo cautiverio fue un tema de polémica entre los grupos de protección animal, murió el pasado 18 de agosto en el Miami Seaquarium y sus restos fueron trasladados en septiembre pasado al estado de Washington y entregados a la tribu nativa Lummi.
El fallecimiento de Lolita se produjo por el desarrollo de diversas condiciones degenerativas, un cuadro clínico que presentaba neumonía broncotersticial aguda y una degradación renal, además de una afección crónica del corazón con degeneración de las válvulas cardíacas.
“Lolita fue una de las orcas más longevas bajo cuidado humano hasta la fecha, superando en varios años la esperanza de vida promedio en estado salvaje”, dijo hoy el Seaquarium en un comunicado de prensa.
“La extrañamos profundamente y honramos su memoria todos los días”, añadió.
Organizaciones a favor de los derechos de la animales y los Lummi, que durante años habían trabajado en pos de la liberación de Lolita en sus aguas natales, lamentaron en agosto pasado el deceso de la orca capturada en esa zona en 1970 y llevada en septiembre de ese año al Miami Seaquarium, que la adquirió por 20.000 dólares.
El Miami Seaquarium abrió sus puertas en 1955 en una isla de la Bahía Vizcaína y fue el escenario de la famosa serie televisiva “Flipper”.
Lolita estuvo hasta su fallecimiento confinada en una piscina de unos 60 pies (18 metros) de longitud y una profundidad máxima de 20 pies (6,1 metros), y en esos momentos la estaban preparando para su liberación en aguas del Pacífico estadounidense, de donde era originaria.