Bogotá, 9 sep (EFE).- Los cinco goles que anotó en la fase de grupos le permitieron a la delantera Natália Vendito sobresalir en una selección brasileña plagada de figuras en un Mundial Sub-20 en el que la Canarinha sueña con levantar un título que le ha sido esquivo.
Tras anotar dos tantos en la goleada 9-0 contra Fiyi, la delantera de 19 años le hizo dos dianas a Francia en el triunfo 0-3 de la segunda jornada y uno a Canadá en la victoria 0-2, lo que la ha convertido en el centro de atención de uno de los equipos favoritos a un título.
Proceso completo
La “hija de Dios”, como se llama así misma, nació el 25 de marzo de 2005, es campeona suramericana sub-20 y sub-17 con Brasil y despuntó en el deporte jugando fútbol sala.
Vendito viene construyendo su carrera defendiendo la Verdeamarela y vistiendo la camiseta de Ferroviária desde las divisiones inferiores.
Su primer gol como profesional, una auténtica joya, lo consiguió en la décima jornada del Campeonato Paulista y fue el 0-2 en el duelo entre su equipo y el Sao Bernardo, que culminó 0-3.
La atacante recibió la pelota con el pecho y se deshizo de la marca rival elevando el balón y sacando un remate de volea que colgó a la guardameta contraria. Una obra de arte que celebró señalando al cielo, como también ha festejado los tantos anotados en el Mundial de Colombia.
Figura emergente
Su nombre no era el más llamativo en una selección que tiene las esperanzas puestas en las atacantes Priscila y Dudinha, además de que en el Sudamericano Sub-20 de Ecuador solo anotó dos tantos y quedó muy lejos del récord de siete que impusieron la paraguaya Fátima Acosta, la colombiana Gabriela Rodríguez y la venezolana Mariana Barreto.
La delantera de 19 años, irreverente en el campo e introvertida ante los micrófonos, anotó dos goles ante la frágil Fiyi, pero logró su reafirmación en el partido con las francesas, a las que incluso les encajó de taquito el primer tanto y acosó para evitar su inicio de juego e intentar robar algún balón para cobrar.
Luego ante las canadienses, ya con el resto de figuras al lado, reivindicó que su papel en este torneo no es de reparto sino protagónico y, en otra brillante actuación, anotó otro gol.
Ese día llevaba en la muñeca una cinta con el nombre Esther y cuando anotó señaló ese nombre.
La dedicatoria iba para la joven Esther Martins, una jugadora con la que jugó y creció, pero que falleció en noviembre de 2022 durante una práctica del equipo sub-17 del Ferroviaria cuando se desplomó y, según el club, “tuvo un mal súbito”.
Ahora, la atacante espera mantener ese elevado nivel en los octavos de final del Mundial, en el que las brasileñas se verán las caras con las camerunesas en el estadio El Campín de Bogotá.