Tapachula (México), 27 jun (EFE).- Médicos Sin Fronteras (MSF) presentó este martes en Tapachula, en el límite de México con Guatemala, la exposición fotográfica “Rompiendo el silencio: retratos de sobrevivientes” para contar las historias de migrantes víctimas de violencia en su trayecto por la región.
La exposición temporal se exhibirá del 27 de junio al 1 de julio en el interior y exterior del Museo de Tapachula (MUTAP) y después en el espacio del Centro de Desarrollo Comunitario (CEDECO)-Estación Ferroviaria, donde MSF ofrece servicios de salud sexual reproductiva para hombres y mujeres, del 3 al 16 de julio.
La asociación internacional mostró una selección de retratos, imágenes y testimonios de la vida cotidiana de 12 de los 732 sobrevivientes de tortura, violencia extrema, tratos crueles inhumanos y degradantes que MSF ha atendido en diferentes partes de México.
Con estas fotos, la organización internacional médico-humanista busca hacer visible no solo el sufrimiento de las víctimas de este crimen y el grave impacto que tiene en los sobrevivientes a nivel físico, psíquico social por medio de relatos de recuperación y superación.
Wilfredo Sabel Bermúdez es un migrante originario de Honduras que sufrió un ataque de muerte y perdió un ojo por narcotráfico, por lo que huyó y llegó a México, donde vive actualmente.
“Afecta mucho, porque tal vez uno quiere salir de su país para estar mejor con la familia de uno y en veces le toca salir porque a uno lo quieran matar y no puede estar tranquilo”, narró el hondureño.
La jefa de misión de MSF en México, Gemma Domínguez Navarro, indicó que desde finales de 2012 y hasta inicios de 2022 se han atendido a 800 personas en la ruta migratoria por violencia física y psicológica, mientras que en el centro de atención a victimas de tortura han atendido a más de 600 personas de distintos países.
“La exposición son testimonios que hemos atendido, con lo cual libremente han querido también expresar su opinión de lo que han pasado y también su proceso de recuperación”, manifestó.
Otra de los testimonios es de Óscar Armando Barahona Aguilar, quien denunció que fue víctima de una pandilla y dos tiroteos, que le dejaron cuatro perforaciones.
“Sobreviví un día y medio gritando auxilio y de la siguiente manera, ya por el día siguiente por la tarde, fui encontrado por pobladores. Se comunicaron por Protección Civil y de esa manera me trasladaron al hospital general, donde fue mi estadía, donde estuve más de 6 meses internado y en noviembre me dieron de alta”, expuso.
Después de padecer esto, tras llegar a Tapachula en agosto pasado, sufrió tortura, le robaron su teléfono celular, y le quebraron su cadera, pelvis y su fémur.
La región afronta un inédito flujo migratorio, con más de 2,76 millones de indocumentados interceptados por Estados Unidos en la frontera con México.