Tijuana (México), 7 sep (EFE).- Migrantes de Guatemala, Honduras, Haití, El Salvador, Colombia, Venezuela, Perú, India, Grecia y de la comunidad musulmana se reunieron este miércoles en la Feria Internacional Gastronómica en Tijuana, en la frontera de México con California, para reivindicar sus derechos a través de la comida.
“Cuando uno está lejos de su país, lo que más extraña, aparte de la familia, es la comida”, dijo a Efe Lilia Mejía, originaria de Honduras, quien asegura que continuar con sus tradiciones gastronómicas es importante porque une a quienes han dejado sus tierras.
Enrique Lucero Vázquez, director municipal de Atención al Migrante, compartió en entrevista que la ciudad está acostumbrada a imágenes de campamentos, de caravanas, de albergues desbordados y deportaciones, por lo que la feria busca “mostrar el éxito de la comunidad migrante en Tijuana y lo que aportan”.
“Porque ellos también generan empleos, pagan impuestos y además le dan esa diversidad gastronómica y cultura a la ciudad y, al final de cuentas, ellos se convierten en los mejores embajadores de sus países”, comentó.
LA UNIÓN A TRAVÉS DE LA GASTRONOMÍA
Lilia Mejía tiene ocho años con su restaurante de comida hondureña en Tijuana y compartió a Efe que le ha ido “muy bien”, sobre todo porque cuando sus paisanos llegan al lugar “se sienten como si estuvieran en Honduras”.
“Cuando uno está solo en otro país le hacemos compañía y el mexicano cuando lo prueba le gusta, eso hace que ya mucha gente esté también conociendo nuestra comida y eso da alegría, el tener algo que ofrecer”, dijo.
Mejía resaltó que tener algo que ofrecer a los demás le da satisfacción, sobre todo, dijo, cuando en 2018 llegó la caravana de migrantes, a quienes les compartió su comida.
“Porque me daba mucho sentimiento porque yo también conozco la situación de mi país”, contó.
ROMPER BARRERAS
Para Javier Prada, originario de Costa Rica, el ofrecer su comida en otro país significa “romper barreras en la gastronomía, porque la tradición culinaria de México es totalmente distinta a la de Centroamérica”.
Prada y su esposa llevan cuatro años con un “foodtruck”, camión de comida, en el que ofrecen platillos de su país, pero también de Nicaragua y El Salvador.
La gente los busca “porque les gusta nuestra comida y hemos hecho buena conexión con algunos de los platillos que ofrecemos”, afirmó.
Marsellesa Olivia, de Venezuela, expuso también a Efe que algo “chévere” (bueno) de tener su puesto de comida “poder reunirnos todos, porque nos entendemos todos en la manera que somos, aunque seamos de distintos estados”.
“Cuando estamos fuera de nuestro país extrañamos nuestra comida y como comenzamos a ver que cada vez llegaban más paisanos, comenzamos a hacer las empanadas, que es el desayuno típico venezolano. Nos sorprende que cada vez son más paisanos los que nos buscan y cómo un paisano le dice a otro y así se corre la voz”, relató.
Ante esta realidad, Lucero Vázquez, el funcionario municipal, agregó que con esta primera Feria Internacional Gastronómica pensaron también en la idea de un padrón de emprendedores migrantes, para que el municipio de Tijuana los acompañe en sus negocios.
“La mayoría son pequeñas fonditas con pocos años en el negocio, algunos tuvieron que cerrar por la pandemia y el Municipio quiere darles este acompañamiento en todo lo que sea necesario para que sigan teniendo éxito y se consoliden ya como un restaurante en la ciudad”, concluyó.