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Miami, 14 sep (EFE).- El ayuntamiento de Miami Beach, en el sureste de Florida, aprobó este miércoles una normativa municipal que prohíbe fumar cigarrillos con filtro en las playas y parques a partir del próximo 1 de enero de 2023.
En una audiencia pública celebrada esta mañana, los comisionados (concejales) de esta ciudad costera famosa por sus turísticas playas aprobaron una ordenanza que prohíbe fumar y que impone multas de 100 dólares y hasta 60 días de cárcel a los infractores la primera vez.
No obstante, todavía se permitirá vapear y fumar cigarrillos y puros sin filtro.
La medida había sido presentada por el teniente de alcalde Alex Fernández en atención a lo que este calificó de normativa de “interés para la salud pública y el medio ambiente” y “oportunidad para continuar liderando los requerimientos para unas playas más limpias y estilos de vida más saludables”.
Al menos un comisionado, Ricky Arriola, se posicionó en contra de la prohibición con el argumento de que, si bien estaba en contra de los cigarrillos, los pícnics en la playa generan más basura.
“Estamos encantados de que hayamos sido capaces, finalmente, de adoptar esta medida”, dijo en un comunicado el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, quien confesó estar cansado de “la plaga de colillas de cigarrillos” y “el humo de segunda mano” que a menudo “invade nuestros espacios públicos”.
La medida tiene lugar después de que el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, firmara una ley que otorga a las jurisdicciones locales la autoridad para regular el tabaquismo en las playas públicas y en los parques de la ciudad.
En estados como Hawai y California, famosos también por sus playas, hace tiempo que no se puede fumar en esos espacios naturales, pero en Florida un intento por legislar en ese sentido había quedado bloqueado en 2021.
Recientemente, un especialista en limpieza de manglares y playas, Andrew Otazo, que lleva años dedicado a realizar esa tarea en Miami junto a voluntarios, dijo a Efe que encuentra filtros de cigarrillos por todos lados.
Los filtros de los cigarrillos, que contienen una variedad de químicos, algunos tóxicos, no son biodegradables y tardan años en desintegrarse.
Según el grupo de defensa ambiental Ocean Conservancy, la fibra plástica de las colillas de los cigarrillos se destruye en “pequeños pedacitos que acaban en el interior de los peces y otros organismos”, lo que “afecta negativamente a los pájaros, tortugas y mamíferos marinos”.
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