Nueva York, 14 mar (EFE).- La tecnológica Meta -propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp- anunció este martes que va a recortar otros 10.000 puestos de trabajo en los próximos meses y abandonar planes para cubrir unas 5.000 vacantes que tenía abiertas.
Los nuevos despidos llegan después de que el pasado noviembre Meta anunciase la salida de unos 11.000 trabajadores, alrededor del 13 % de su plantilla, con el objetivo de reducir costes.
“Esto va a ser duro y no hay forma de evitarlo”, señaló este martes el máximo ejecutivo de la firma, Mark Zuckerberg, al anunciar la decisión, que justificó por un intento de hacer la compañía más eficiente.
Zuckerberg, en un comunicado, explicó que durante los próximos dos meses los responsables de los distintos negocios de Meta anunciarán planes de reestructuración en los que se cancelarán proyectos de baja prioridad y se reducirán las contrataciones.
Ante esos planes, la empresa ha decidido recortar su equipo de recursos humanos y comenzará a informar mañana miércoles a los empleados afectados.
Las reestructuraciones y despidos en el área tecnológica se darán a conocer a finales de abril y en la parte empresarial hacia finales de mayo, aunque en algunos casos puede que las salidas se extiendan hasta final de año, explicó Zuckerberg.
“En total, esperamos reducir el tamaño de nuestro equipo en unas 10.000 personas y cerrar unos 5.000 puestos vacantes adicionales para los que aún no hemos contratado”, apuntó.
El gigante estadounidense de las redes sociales anunció en noviembre la primera gran ronda de despidos de su historia tras haber aumentado su tamaño con mucha fuerza durante la pandemia, un movimiento que han seguido muchas otras compañías del sector tecnológico.
En 2022, Meta vio desplomarse sus beneficios un 41 % en el ejercicio 2022, hasta 23.200 millones de dólares, con un pequeño descenso de su facturación y un importante aumento de costes.
Como otras tecnológicas, se vio afectada por la inflación, la debilidad del mercado publicitario, el aumento de competidores y la normalización de la demanda de ocio digital, que aumentó extraordinariamente tras el estallido de la pandemia.