Nueva York, 30 dic (EFE).- El número de muertos en el noroeste de Nueva York como resultado de la tormenta invernal Elliot que afectó a Estados Unidos el fin de semana de Navidad ha ascendido a 39, informó este viernes Mark Polancarz, el responsable político del condado de Erie, el más afectado del estado.
A través de Twitter, Polancarz indicó que la oficina del médico forense ha confirmado ya 39 muertes, 31 de ellas registradas en Búfalo, la ciudad principal del condado, e informó además de que todas las víctimas han sido identificadas.
Búfalo comienza a volver a la normalidad con la reanudación de servicios básicos como el recogido de basura a partir de este sábado, de acuerdo con su alcalde, Byron Brown.
Según medios locales, una de las víctimas es latina, pero los nombres de los fallecidos no han sido revelados. No obstante, el canal 15 de la cadena NBC ha revelado que Henry Tellado, de 55 años, figura entre las personas que sufrió un problema cardíaco mientras paleaba nieve y no pudo recibir ayuda a tiempo.
“Fue al baño y ahí fue cuando colapsó. Llamé a la policía, a la Guardia Nacional, llamé a todos para que me ayudaran. Nadie apareció”, indicó al canal local su esposa, Violeta Quiñones.
Personal y equipo de emergencias quedaron atrapados debido a la intensa tormenta, lo que causó que los equipos médicos no llegaran a tiempo.
En el condado se han registrado saqueos de tiendas y se han arrestado debido a ello a ocho personas.
De acuerdo con Polancarz, las labores de limpieza tras la nevada ya han costado a su condado, según datos preliminares, cinco millones de dólares en contratistas privados.
También pidió a los conductores que manejen con cuidado mientras continúan las labores de limpeiza.
“Todavía hay equipo pesado limpiando caminos, especialmente en la ciudad de Búfalo. ¡Por favor, por favor, maneje con precaución y dé a estos vehículos espacio para operar de manera segura!”, indicó además en un tuit.
La tormenta Elliot azotó buena parte de Estados Unidos el fin de semana de Navidad y ha dejado más de medio centenar de muertos, la mayoría en Nueva York, apagones y caos en los aeropuertos con cancelaciones y retrasos en los vuelos.