Campeche (México), 1 sep (EFE).- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, prometió este viernes en su quinto informe de Gobierno que el país dejará de importar gasolinas en 2024 porque toda la producción estará a cargo a partir de ahora de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“El plan es que el año próximo no compremos gasolinas ni diésel en el extranjero, y que se procese aquí todo el petróleo crudo para darle el valor agregado a nuestra materia prima”, declaró el mandatario en Campeche, estado del sureste de México.
López Obrador ofreció su quinto y penúltimo informe de Gobierno, que los presidentes de México deben rendir cada 1 de septiembre.
En el evento, citó que al inicio de su Administración, en diciembre de 2018, México importaba 900.000 barriles diarios de gasolina, el 80 % del consumo nacional, pero esta proporción se ha reducido a 20 % este año, a 250.000 barriles.
El mandatario lo atribuyó a que las seis refinerías que heredó “han sido reparadas y han recibido mantenimiento con una inversión de 70.000 millones de pesos (unos 4.117 millones de dólares), por eso ha aumentado su producción de 38 % a 60 %”.
También lo explicó con la compra en enero de 2022 de la refinería de Deer Park en la ciudad estadounidense de Houston (Texas), que procesa 340.000 barriles diarios.
Además, aseveró que este viernes empezará la producción en la refinería que construyó en Dos Bocas, inaugurada en julio de 2022 con una inversión de 233.000 millones de pesos (unos 13.705 millones de dólares).
“Hoy va a empezar a producir petrolíferos la nueva refinería de Dos Bocas, hoy empieza a producir, y a finales del año esta refinería estará produciendo un promedio de 290.000 barriles diarios de gasolina”, sostuvo.
Por otro lado, resaltó las nuevas plantas coquizadoras de Tula, que arrancará en diciembre, y de Salina Cruz, que comenzará en julio próximo, con una inversión conjunta de 6.500 millones de dólares y capacidad de convertir combustóleo en 160.000 barriles diarios.
Asimismo, enunció dos nuevas plantas de ciclo combinado de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la península de Yucatán, la primera etapa de una central solar y la modernización de 20 hidroeléctricas con una inversión de 9.500 millones de dólares.
“Además compramos en 6.000 millones de dólares 13 plantas de generación eléctrica a la empresa española Iberdrola, con lo cual se llevó a cabo una nueva nacionalización de la industria eléctrica”, recordó.
“Esto nos permitirá asegurar que el año próximo la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa pública que las autoridades anteriores estaban empeñadas en destruir, va a quedar con una capacidad de generación eléctrica del 60 % del total del consumo nacional”, manifestó.