San Juan del Río (México), 20 jul (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, conmemoró este jueves en San Juan del Río, en el norteño estado de Durango, el 100 aniversario luctuoso del revolucionario Francisco Villa, uno de los héroes más polémicos de la historia del país.
El mandatario, aunque no pronunció ningún discurso durante el evento, entregó al secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, un revólver que perteneció al presidente Francisco I. Madero (1911-1913) y que presuntamente él le dio a Villa.
La pistola estaba en Cuba y ahora quedará bajo resguardo del Museo Histórico de la Revolución, ubicado en la ciudad de Chihuahua, capital del estado con el mismo nombre, en el norte del país.
El gobernador del estado de Durango, Esteban Villegas Villarreal, agradeció al presidente su presencia y su puesta en valor del héroe, a través del decreto que declara a 2023 como el año del general revolucionario y de sus constantes menciones a Villa.
“(Es muy importante que) Después de más de 40 años pueda estar un presidente de la República que entiende de la historia, que entiende la lucha y que siempre ve por las personas más necesitadas”, compartió.
Además, destacó la importancia para el estado que gobierna de la figura del que llamó “revolucionario del pueblo”.
“Hoy es un día muy especial para la historia de nuestro estado y de nuestro país. Hoy nos reunimos aquí para conmemorar un siglo de la partida de uno de los más grandes líderes que ha tenido México de cuna duranguense, de pensamiento liberal y con grandes ideales para lograr una vida más justa para todas y todos los mexicanos: el sanjuanero y gran revolucionario Francisco Villa”, dijo el gobernador.
Nacido en 1878 en el norteño estado de Durango con el nombre de José Doroteo Arango Arámbula, la vida de Villa estuvo estrechamente ligada a la lucha armada y como comandante de la División del Norte se ganó un hueco en la historia de la Revolución Mexicana (1910-1917), uno de los capítulos fundamentales en la historia del país.
Aunque tal vez el aura épica que rodea la figura de Villa alcanzara su cénit cuando en 1916 trató de invadir territorio estadounidense, si se mantiene vivo en el corazón de tantos mexicanos es por su lucha social.
“No solo defendió su gente, defendió su tierra, sus pensamientos, y logró ver consolidado todo su esfuerzo. Aunque su batalla haya terminado ese 20 de julio de 1923, nosotros nos seguiremos encargando de continuar con su legado, con sus enseñanzas para nuestros hijos y nietos, para que México sea un mejor país”, terminó Villegas.