Las Vegas (EE.UU.), 23 jul (EFE).- Ni las ruletas y el póker de los casinos, ni las discotecas hasta el amanecer, ni los espectáculos de música y magia. Las Vegas alteró este sábado por un instante su particular ADN y apostó todas sus fichas al clásico entre el Madrid y Barcelona, que se vivió con un gran ambiente en la ciudad del juego.
Situado justo al lado de Las Vegas Strip, la famosa avenida donde están los casinos más conocidos, el Allegiant Stadium, inaugurado en 2020 y con capacidad para unas 65.000 personas, se olvidó de Las Vegas Raiders de la NFL por un día y se convirtió este sábado en el Santiago Bernabéu o el Camp Nou.
Numerosos fans acudieron a los alrededores del recinto desde horas antes de este amistoso para empaparse del inigualable ambiente de un clásico pese al aplastante calor del desierto de Nevada (EE.UU.) durante el verano (la máxima del sábado era de 42 grados y la mínima durante la noche de 30).
Afortunadamente, el Allegiant Stadium es un recinto cerrado y con aire acondicionado así que el calor no sería un problema durante el partido.
Con música con altavoces desde los coches, sillas y tumbonas a la sombra y cervezas bien fresquitas, muchos de esos seguidores pasaron ahí la previa del encuentro en un entorno de fiesta total, absoluta deportividad y fraternidad entre las aficiones y casi como si estuvieran en un picnic -se vio alguna parrilla incluso-.
Con la mitad del público vestido de blanco y la otra mitad de azulgrana (algunos todavía vestían camisetas de Cristiano Ronaldo y de Leo Messi), en lo que sí había mayoría clara entre los espectadores fue en cuanto a ascendencia latina.
Así, se dejaron ver muchas banderas mexicanas y guatemaltecas en el estadio y también se escucharon gritos de ‘Hala Madrid’ y ‘Visca Barça’ con acento latino.
“Yo soy madridista de corazón, desde hace 33 años”.
Así explicó a Efe William por qué hizo el viaje desde Florida (EE.UU.) hasta Las Vegas solo para ver el equipo de su alma frente a su gran rival.
“El clásico es algo muy grande”, afirmó este fan de origen guatemalteco, que se animó a dar un pronóstico para el partido: 2-0 para los blancos.
También en los alrededores del estadio y con unas sonrisas que no les cabían en las caras estaban Néstor (madridista) y Eddy (culé), que habían llegado desde Los Ángeles (EE.UU.) para ver a los que definieron con rotundidad como “los mejores equipos del mundo”.
“Estamos muy contentos y muy felices”, explicaron a Efe ante su primera vez en un clásico.
Néstor y Eddy llevaban la rivalidad de sus equipos con mucha deportividad, pero en sus apuestas para el resultado saltaron las chispas: el primero apostó por un 2-0 para el Madrid y el segundo respondió con un 1-2 para el Barcelona.