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Washington, 12 oct (EFE).- La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, aseguró este miércoles que hay que hay que ser “disciplinados” y “demostrar responsabilidad” a la hora de cumplir la misión que se le ha encomendado al banco de implementar medidas que ayuden a bajar la inflación.
“Tenemos que ser disciplinados, tenemos que ser diligentes, tenemos que centrarnos en cumplir la misión que se nos ha encomendado, la misión de la estabilidad de precios”, apuntó en un evento en Washington.
De las herramientas que hay para conseguirlo, añadió, la “tradicional bajada de tipos de interés” es “la más efectiva en las circunstancias actuales, la más adecuada” y “la que realmente funciona mejor”.
Lagarde hizo estas declaraciones en un foro organizado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) en la capital estadounidense, donde estos días se están celebrando las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).
Precisamente ayer se publicaron las últimas previsiones económicas del organismo que señalan que el conjunto de las economías del euro crecerá el 3,1 % este año (cinco décimas más de lo previsto anteriormente), pero se resentirá más de lo esperado en 2023, y sólo avanzará el 0,5 % (siete décimas menos de lo estimado en julio).
El débil crecimiento de 2023 en toda Europa, señala el FMI en su informe, “refleja los efectos secundarios de la guerra en Ucrania, con revisiones a la baja especialmente pronunciadas para las economías más expuestas a los cortes del suministro de gas ruso y condiciones financieras más estrictas”
En su intervención, la presidenta del BCE insistió en que “Europa no está en recesión”, sino que todavía hay “crecimiento y números positivos” y que, además, nunca tuvo “una situación laboral tan positiva”.
En opinión de Lagarde, “hay una palabra que se ha usado mucho en los últimos 18 meses y que seguiremos usando, que es la de incertidumbre”. Por eso, agregó, “tenemos que hacer lo que se supone que debemos hacer”.
Lagarde señaló que en estos momentos es muy importante “la cooperación” entre los banqueros centrales “para comprender cuáles serán los efectos secundarios” de las subidas de tipos. También la cooperación “entre la política monetaria y la política fiscal”.
El regulador europeo ha sido mucho más conservador que la Reserva Federal, por ejemplo. Mientras que la Fed ha subido cinco veces los tipos este año hasta una horquilla entre el 3 y el 3,25 %, el BCE solo ha aprobado dos subidas de tipos, que ahora se sitúan en el 1,25 %.
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