Washington, 29 ago (EFE).- Una visita del expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, al cementerio de Arlington (Virginia) está desatando una fuerte controversia por el uso partidista, prohibido por ley, del camposanto militar, además de un altercado con una trabajadora.
El exmandatario visitó el cementerio este lunes para conmemorar el tercer aniversario del ataque del Estado Islámico en el aeropuerto de Kabul en el que fallecieron 13 militares estadounidenses, además de 170 civiles afganos, durante la caótica retirada de Afganistán.
Durante la visita, asesores de Trump participaron de un incidente con una trabajadora del cementerio que trató de impedir que tomaran imágenes en la Sección 60, una área restringida y reservada para excombatientes de Irak y Afganistán.
Trump, sin embargo, posó junto a los familiares de uno de los militares muertos en Kabul, Darin Hoover, sonriente y con su característico gesto del pulgar arriba y su campaña difundió después material diverso de la visita en redes sociales.
Al lado de la tumba de Hoover descansan los restos del sargento Andrew Marckesano, que se suicidó en 2020. Imágenes de su tumba aparecieron en los vídeos compartidos por Trump.
Familiares de Marckesano cuestionaron en un comunicado este acto: “Esperamos que quienes visiten este sitio sagrado comprendan que estas fueron personas reales que sacrificaron sus vidas por nuestra libertad y que son honradas y respetadas en consecuencia”.
Además, revelaron “el personal de la campaña de Trump no cumplió con las reglas establecidas” para el cementerio.
De acuerdo con medios estadounidenses, una trabajadora trató de impedir la toma de imágenes lo que derivó en un incidente en el que la empleada fue “empujada de manera abrupta”. La mujer no ha querido denunciar por miedo a represalias de seguidores del expresidente, según esa fuentes.
Un portavoz del Ejército indicó este jueves que los participantes en esta ceremonia estaban al corrientes de las regulaciones del camposanto y “una empleada intentó que se ciñeran a esas normas, pero fue empujada de manera abrupta”.
“Este incidente es desafortunado y lo es más que se haya atacado de manera injusta el profesionalismo de la empleada del Cementerio Nacional de Arlington”, indicó el Ejército en un comunicado, en el que recuerda que continuarán asegurándose que las ceremonias públicas se desarrollan con el respeto requerido.
Un portavoz de la campaña de Trump, Steven Cheung, aseguró sobre esta trabajadora “sufrió un episodio de salud mental”, mientras que el asesor Chris LaCivita dijo que la mujer es “una persona despreciable” que “no merece representar los sagrados terrenos del Cementerio Nacional de Arlington”.
Este incidente se suma a pasadas polémicas de Trump relacionadas con militares, de los que dice ser gran defensor.
Durante su Presidencia, se negó a visitar un cementerio en Francia con más de 2.200 soldados estadounidenses muertos en la Primera Guerra Mundial asegurando que eran unos “perdedores”, según varios medios estadounidenses.