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Ciudad de México, 1 nov (EFE).- Las familias mexicanas volvieron a llenar de vida los cementerios este Día de Muertos, en una mañana en la que mayormente se dedicaron a limpiar y preparar los panteones de sus fallecidos después de dos años de restricciones debido a la pandemia de la covid-19.
En 2020 no se permitió la visita de los familiares a los panteones, mientras que el año pasado estuvo marcado por las medidas sanitarias.
Sin embargo, este año las autoridades del panteón Xilotepec, situado en la Alcaldía de Xochimilco, en el sur de Ciudad de México, esperan que las ganas de retomar la tradición con total normalidad hagan que la afluencia de personas sea incluso mayor que antes de la pandemia.
“La gente está muy contenta y pienso que nos vamos a desbordar, pues no habían tenido la oportunidad de velar a sus difuntos. De hoy a mañana esperamos un promedio de, sin exagerar, 100.000 personas”, dijo a EFE Roberto Palomo, jefe de la unidad departamental de panteones de la Alcaldía.
Palomo explicó que este año incluso se permitirá a las familias velar a los difuntos durante la noche y que, pese a invitar a los asistentes a usar gel desinfectante y cubrebocas, el protocolo ya no impone ninguna medida sanitaria.
“Se pretende que regresemos a la normalidad y la tradición continúe como antes se hacía: limpiar las tumbas, colocar las flores y alumbrar, con lo que esperamos la llegada de nuestros seres queridos”, prosiguió.
“SIGNIFICA UNA COSA HERMOSA”
En el Día de Muertos, una de las tradiciones mexicanas más significativas celebrada el 1 y 2 de noviembre, los vivos se preparan para recibir a sus difuntos, a quienes les ofrecen flores, comida y bebida a su gusto.
“Significa una cosa hermosa. Siento que ellos nos esperan y nosotros les esperamos en la casa. Desde cada año esta es nuestra devoción”, indicó risueña Enriqueta Laurel, quien ha venido a limpiar varias tumbas: la de sus padres, su esposo y dos de sus hijas.
Acompañada de su numerosa familia –hijas, nietos y un bisnieto–, Laurel comentó que cuando están en el panteón de su difunto esposo, le ponen danzón, la música que le gustaba bailar.
Claudia Nelcarreo, quien también acudió a Xilotepec con su familia, limpió y decoró con flores de cempasúchil el panteón de su difunta madre, además de brindarle aquellas cosas que más le gustaban en vida.
“En el caso de mi mamá, le gustaba mucho el cigarro y su tequilita, que no le pueden faltar”, señaló.
Se mostró feliz de retomar la tradición con sus seres queridos, pues el año pasado acudió sola por las restricciones de aforo en este cementerio, que tan solo permitió la entrada de una o dos personas por tumba.
Otros, como Pablo Garrido, asistieron solos al panteón para alistarlo para las posteriores visitas del resto de la familia.
“Yo tengo más primos, pero nunca se ocupan de esto. Hay muchas tradiciones y hay muchas cosas que no se pueden olvidar, y esta es una de ellas”, dijo Garrido mientras pintaba de azul la tumba de su abuela, quien falleció cuando él tenía 12 años.
LAS OFRENDAS, MARCADAS POR EL AUMENTO DE PRECIOS
Algo que también supuso un cambio respecto a años anteriores fue la inflación, que ha repercutido en el costo de flores y ofrendas.
Según la plataforma financiera HelloSafe, cada mexicano gastará un promedio de 1.600 pesos (unos 80 dólares) en su ofrenda de muertos, un incremento del 17,6 % con respecto a 2021.
“Lo notamos bastante. Yo antes casi no traía gladiola, más sin embargo ahora sí traje”, señaló Laurel.
Otros, en cambio, se resignaron y preservaron sus tradiciones.
“Sí subió mucho la flor, pero aun así aquí estamos”, subrayó Nelcarreo.
Algunos comerciantes, por otra parte, lamentaron que el aumento de precios haya supuesto una menor demanda.
“El año pasado nos fue mal por la pandemia y este año no hemos podido vender bien, a veces nos vamos con todas las veladoras que traigo”, apuntó María Yrinea, quien vende velas en la entrada del panteón de Xilotepec.
Sin embargo, a Guadalupe, comerciante del puesto colindante, este 2022 sí está siendo más positivo.
“Ahorita ya se ve más gente, hay más venta y creo que nos va a ir mejor, pues esta mañana ya hay más entrada de dinero”, manifestó.
Sobre todo vendió crisantemo, codorniz y gladiola, aunque no sin complicaciones.
“Los proveedores han subido los precios y nosotros los ajustamos más o menos. La gente está haciendo un esfuerzo y nosotros también”, sentenció.
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