Washington, 27 ene (EFE).- El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, aseguró este viernes que las diferencias entre el bloque y Estados Unidos por la Ley de Reducción de la Inflación -un plan estadounidense para subvencionar la compra de vehículos eléctricos de fabricación nacional- se resolverán pronto.
“Estoy convencido de que veremos resultados pronto. Necesitamos ver resultados pronto”, remarcó Breton durante una charla en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), en Washington.
Breton explicó que la UE todavía considera que la ley estadounidense es discriminatoria contra las empresas europeas, pero puso en valor que el plan servirá para impulsar la lucha contra el cambio climático, un objetivo que el bloque comparte.
Ambas potencias crearon el año pasado un grupo de trabajo conjunto para tratar de resolver las tensiones provocadas por el plan estadounidense, que amenazan con desembocar en una guerra de subsidios entre las dos economías.
Bruselas, mientras tanto, está desarrollando su propio plan industrial para responder a la normativa estadounidense, acelerando las inversiones en tecnologías verdes como el hidrógeno, pero también para reducir la dependencia de los Estados miembros de las materias primas procedentes del exterior, como las tierras raras.
Formará parte de este plan la llamada “ley de industria cero emisiones” que la Comisión Europea quiere presentar a mediados de marzo y que puede ser “un punto de inflexión” para el tejido industrial europeo, en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En su discurso, Breton hizo un repaso de las relaciones entre la Unión Europea y Washington en materia de seguridad y tecnológicas, y reveló que ayer mantuvo conversaciones con el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Alejandro Mayorkas, sobre la implementación de una estrategia de ciberseguridad común, en la que ambas potencias trabajan desde el año pasado.
El francés defendió también la nueva estrategia de defensa europea como forma de reforzar la seguridad del continente y, a su vez, la de la Alianza Atlántica, dando incentivos a los países miembros para contribuir más al gasto militar.