Washington, 10 sep (EFE).- El vicepresidente de Supervisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Michael Barr, rebajó este martes de forma significativa el plan para exigir más capital a los grandes bancos.
En una intervención en el centro de pensamiento Brookings de Washington, propuso un aumento del 9 %, en lugar del 20 % anterior, en los requisitos agregados de capital de nivel 1 para los bancos más complejos y de mayor tamaño.
En el caso de otros grandes bancos que no son considerados entidades de importancia sistémica mundial, la nueva propuesta apunta a un incremento de entre el 3 y el 4 % de los requisitos de capital a largo plazo.
La banca había criticado en los últimos meses reglas de capital más estrictas ya que aumentarían los costos y obstaculizarían los préstamos, en un momento en el que los tipos de interés están en máximos históricos por las subidas llevadas a cabo por la Fed para bajar los precios.
El diario The Wall Street Journal avanzó en julio que el lobby bancario estaba promoviendo un plan para limitar significativamente (a la mitad, aproximadamente) el aumento de capital obligatorio de casi 20 % para los bancos más grandes de Estados Unidos que proponía originalmente la Fed.
Las presiones parecen haber surgido efecto, aunque Barr apuntó que lo anunciado no es definitivo.
“Seguimos considerando los comentarios recibidos sobre la propuesta de 2023 y los tendremos en cuenta junto con cualquier comentario sobre las nuevas propuestas en el marco de la reglamentación final”, dijo en la capital estadounidense.
El vicepresidente de Supervisión de la Fed sí admitió que “unas mayores exigencias de capital pueden elevar el coste de financiación de un banco” y que esto puede implicar “costes más altos en los hogares, las empresas y los clientes dedicados a una variedad de actividades financieras”.
“Estas actividades son fundamentales para el buen funcionamiento de una economía que funcione para todos. Por eso es importante lograr un equilibrio adecuado entre resiliencia y eficiencia”, apuntó.
El recargo solo se aplicará a los bancos con más de 250.000 millones de dólares en activos, mientras que en la propuesta anterior también estaban incluidos aquellos con más de 100.000 millones.
Las entidades con activos entre 100.000 y 250.000 millones sí deberán reconocer en el capital regulatorio, que es el nivel de capital mínimo exigido por el regulador, las ganancias y pérdidas no realizadas de sus valores.
Estos cambios, según Barr, reflejan los comentarios que les ha hecho llegar el público y contemplan mejor los riesgos. Su plan está vinculado al acuerdo internacional para mejorar la solidez de los bancos tras la crisis financiera de 2008 conocido como Basilea III.