Washington, 26 jul (EFE).- La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se prepara para volver a subir los tipos de interés este miércoles como parte de su esfuerzo por poner coto a una inflación desbocada y con el fantasma de una posible recesión en el aire.
Al menos dos gobernadores del banco central estadounidense están a favor de un nuevo incremento de 0,75 puntos como el que se decidió en junio -el más alto en 28 años-, si bien cada vez son más los que temen que una política fiscal tan agresiva lleve a la mayor economía del mundo a contraerse.
“Definitivamente estoy a favor de hacer otra subida de 0,75 en julio, probablemente 50 en septiembre, y luego podemos debatir si volvemos a los incrementos de 0,25”, dijo recientemente el gobernador de la Fed Christopher Waller en un evento de la la Asociación Nacional de Economía Empresarial.
El presidente de la Reserva Federal de San Luis (Misuri), miembro con derecho a voto del Comité Federal de Mercados Abiertos de la Fed -que decide los tipos de interés-, se expresó en el mismo sentido en un evento aparte, recoge la cadena CNBC.
También apuntan a una subida alta de los tipos las actas de la reunión de junio, en la que los gobernadores reconocieron “la posibilidad de que una política monetaria aún más restrictiva podría ser apropiada si las presiones de la elevada inflación siguen persistiendo”, según las minutas.
Este mensaje abre la puerta a alzas de tipos por encima de las decididas hasta ahora, pese a que el propio Powell dijo en junio pasado que la subida de 0,75 puntos era “atípicamente alta” y no espera que se vuelva algo “habitual”.
En junio, la tasa de inflación de la mayor economía del mundo se situaba en el 9,1 %, algo no visto desde 1981.
La subida de los precios de la energía, y sobre todo de la gasolina, así como de los alimentos, fueron los principales motivos de esta escalada de los precios al consumo.
La Reserva Federal subió los tipos por primera vez desde 2018 en marzo pasado, en 0,25 puntos; una subida a la que siguió otra en mayo, de 0,5 puntos, y otra en junio, de 0,75, hasta situarlos en una horquilla de entre el 1,5% y el 1,75%.
La gran fortaleza del mercado laboral, que lleva cuatro meses encadenando tasas de desempleo del 3,6 % -una situación de prácticamente pleno empleo-, probablemente dará espacio a la Fed para continuar con sus históricas subidas de tipos, si bien cada vez son más los inversores y economistas que temen que la desaceleración de la economía desemboque en una recesión.
Esta mañana, en la rueda de prensa para presentar la revisión de sus previsiones económicas, el jefe de investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI) Pierre-Olivier Gourinchas, advirtió de que un “pequeño schok podría ser suficiente” para llevar a la economía estadounidense a la recesión.
Según el Fondo, la economía estadounidense crecerá un 2,3 % este año y el 1 % el que viene. Estas estimaciones reducen en 1,4 y 1,3 puntos, respectivamente, las de abril.
El propio presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, ya ha reconocido la posibilidad, si bien el presidente de EE.UU., Joe Biden, continúa alejando el fantasma.
“Dios mediante, no creo que vayamos a ver una recesión”, dijo Biden el lunes a la prensa durante una reunión con líderes empresariales.
Sin embargo, la curva cupón cero, un indicador sobre la inversión en bonos del gobierno federal, se invirtió el viernes pasado, y eso significa que los inversores tienen ahora más confianza en los bonos a corto plazo que los bonos a largo plazo. Una situación anómala que, en los últimos 50 años, siempre ha precedido a una recesión.