Washington, 30 ene (EFE).- Con el consenso de economistas y mercados de que la Reserva Federal mantendrá este enero los tipos de interés en el rango actual, el regulador estadounidense arrancó este martes su reunión, con la misión de empezar a dibujar un posible calendario futuro de bajadas.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés), órgano encargado de decidir si se suben o no los tipos, iniciaron el encuentro de dos días y mañana miércoles Jerome Powell, presidente de la Fed, anunciará la decisión.
Según la herramienta FedWatch de la consultora CME Group, a día de hoy el 97,9 % de los analistas cree que la Fed no realizará una subida este mes.
En su última reunión del año pasado, celebrada los días 13 y 14 de diciembre, los miembros del FOMC optaron por mantenerlos en la horquilla del 5,25 % y el 5,5 %, su máximo nivel desde 2001.
Fiel a su discurso precavido, Powell advirtió en la rueda de prensa posterior que, aunque puede que esta sea “la tasa máxima de este ciclo” o que se esté “cerca”, todavía se seguirán analizando de cerca los datos económicos para decidir sobre política monetaria en cada reunión.
Aunque previsiblemente mañana no habrá cambios, las palabras que utilice Powell serán decisivas para dibujar un horizonte futuro.
Así lo cree Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers: mañana no habrá cambios pero hay que estar atentos “a las señales que pueda dar Powell sobre marzo”, que hoy son del 50 %, afirma en un comunicado. La próxima reunión tendrá el 19 y 20 de marzo.
En opinión de la gestora estadounidense Muzinich&Co, existe una probabilidad del 84 % de que los tipos oficiales se recorten 25 puntos básicos en mayo.
Esto se debe a que el índice de inflación subyacente, “la medida preferida por la Fed”, se situó en diciembre “por debajo del nivel psicológicamente importante del 3 %, en el 2,9 % interanual”.
“Si anualizamos los últimos seis meses, los precios aumentaron un 1,9 %, por debajo del objetivo de inflación del 2 % fijado por el FOMC”, señala.
La decisión de la Fed se conocerá unos días después de que Estados Unidos anunciara que cerró 2023 con un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,1 %, gracias al aumento del gasto de los consumidores pese a la inflación.
La cifra es mayor a la estimada por los economistas y superior al 2,1 % del crecimiento registrado en 2022, año en el que la primera economía del mundo sufrió una recesión técnica.
En opinión de Axel Botte, jefe de estrategias de Mercado de Ostrum AM, el fuerte crecimiento estadounidense va acompañado de signos de estabilización de la inflación en torno al objetivo del 2% y este escenario favorable no parece requerir un alivio monetario.
Por ello, a su juicio, la Fed mantendrá los tipos ya que “bajarlos cuando la ralentización de los precios parece deberse a la oferta de bienes sería prematuro, sobre todo cuando reaparecen las presiones sobre las cadenas de suministro”.
El PIB es uno de los datos que analiza de cerca el regulador, junto con la inflación, que en diciembre abandonó su racha bajista. Los precios subieron tres décimas interanualmente y la inflación cerró el año en el 3,4 %.
Este indicador llevaba bajando en términos interanuales desde octubre y la subida supuso un revés para los objetivos de la Fed de devolverla al 2 %.
El mercado laboral estadounidense es otro de los datos que analiza la Fed y, lejos de enfriarse, continúa sólido.
En diciembre, la creación neta de nuevos puestos de trabajo subió de nuevo y se crearon 216.000 puestos, 43.000 más de los generados un mes antes, y la tasa de desempleo se mantuvo en el 3,7 %, una cifra que no parece indicar que el mercado laboral se haya resentido por las subidas de tipos.
Sobre posibles recortes futuros, la mediana de los pronósticos de los gobernadores de la Fed -que puede dar pistas, pero no implica forzosamente bajadas- señalaba en diciembre que los tipos se situarán en 2024 en el 4,6 %, (el equivalente a un rango del 4,5% al 4,75 %), para recortarse un punto en 2025, hasta el 3,6 %, y llegar al 2,9 % en 2026.