Washington, 28 feb (EFE).- La falta de planificación y voluntad para hacer las cosas bien del liderazgo político y militar de EE.UU. causaron el colapso de las fuerzas de seguridad afganas que derivó en la toma de Afganistán por parte de los talibanes, indicó este martes un supervisor independiente del Pentágono.
El inspector especial de EE.UU. para la Reconstrucción Afgana, John Sopko, mantuvo este martes un encuentro con la prensa para presentar un informe demoledor sobre los motivos del derrumbe de las tropas de Afganistán tras veinte años de entrenamiento y suministro de armas por parte del Ejercito estadounidense.
El reporte recoge que la resolución del expresidente Donald Trump (2017-2021) y del mandatario actual, Joe Biden, de retirar los soldados de EE.UU. del país centroasiático originó una cadena de decisiones dentro de las agencias estadounidenses, el Gobierno del exjefe de Estado afgano Ashraf Ghani (2014-2021) y los talibanes, que aceleró los acontecimientos de agosto de 2021.
Ese mes se produjo el colapso de la fuerzas de seguridad afganas y los talibanes se hicieron con el control del país, mientras EE.UU. culminaba su retirada a finales de ese agosto. No obstante el inspector especial señala que había una serie de problemas previos que hacían augurar este desenlace.
“NO HABÍA NADIE A CARGO”
En su conversación con los periodistas, Sopko destacó que EE.UU. destinó grandes cantidades de dinero a la creación de las fuerzas afganas y el desarrollo del país que fueron desperdiciadas.
También subrayó la falta de coordinación, ya que había numerosas agencias estadounidenses implicadas en Afganistán sin alguien que coordinara el trabajo conjunto: “No había nadie a cargo”.
Asimismo, explicó que cuando alguien está en un país “tiene que comprender dónde trabaja”, lo que no le pasó a EE.UU. Puso como ejemplo una frase que escuchó numerosas veces en Afganistán cuando los responsables estadounidenses le decían “Oh, esto ya lo hicimos en Irak”, lo que consideró incorrecto, porque “Irak y Afganistán son diferentes”.
“No entendimos dónde estábamos, la cultura, la política, no tuvimos en cuenta la corrupción”, enumeró el responsable, quien agregó que tampoco se tuvo en consideración la “falta de sostenibilidad” de las fuerzas armadas afganas que fueron diseñadas a imagen y semejanza de las de EE.UU.
“ESPEREMOS QUE NO OCURRA EN UCRANIA”
El inspector apuntó que los afganos sabían manejar y mantener armamento soviético por motivos históricos, pero EE.UU. decidió proporcionarles equipos estadounidenses, con lo que en el mismo momento en que los contratistas norteamericanos se marcharon, era previsible que cuerpos como la fuerza aérea afgana fueran a colapsar.
“Esperemos que esto no ocurra en Ucrania”, remarcó Sopko, en referencia a la ayuda militar y humanitaria que EE.UU. está enviando a Kiev para que resista frente a la invasión rusa.
En su informe, el inspector especial critica el sistema de rotaciones de las fuerzas estadounidenses, ya que “no era efectivo”, dado que cada pocos meses había una persona distintas en los puestos decisión.
Recordó que los presidentes de EE.UU., desde George W. Bush (2001-2009) hasta Biden, no han querido quedarse en Afganistán y esto ha traído problemas con el calendario establecido por EE.UU.
“Fue un calendario no realista para el éxito, el éxito debe medirse en base a la realidad que hay sobre el terreno”, meditó.
Otra inquietud que recoge en su informe es el equipamiento castrense que EE.UU. ha dejado tras de sí al marcharse de lugar: “Afganistán es conocido por ser el bazar de las armas, no sé si habrán acabado en manos de los talibanes”, dijo.
En suma, en los 20 años que EE.UU. estuvo en Afganistán no hubo nunca una estrategia “a largo plazo” para crear unas fuerzas de seguridad “efectivas”, porque “en vez de un plan de 20 años, lo que hubo fueron veinte planes en 20 años”.
Preguntado sobre cuál fue su mayor sorpresa durante su investigación, afirmó que fue el estado de “negación” en que se encontraba Ghani durante la retirada estadounidense.
En ese sentido, detalló que Ghani “estaba planeando una renovación urbana, mientras los talibanes tomaban territorio”.
Pese a todos los problemas que menciona en su informe, Sopko admitió que no es “súper optimista” de que EE.UU. haya aprendido de los errores.
“Aprender lecciones no está en nuestro ADN”, sentenció.