Guadalajara (México), 15 jun (EFE).- Las personas de la comunidad LGBT en México lograron quitarse la etiqueta de criminales de la que eran objeto en los medios de comunicación para ocupar otros espacios más libres de representación y visibilidad, dijo a EFE la investigadora en arte y comunicación Susana Vargas Cervantes.
Durante su participación en el festival de la diversidad sexual “Andrógina Diversa” en Guadalajara, con motivo del mes del Orgullo LGBT, la académica de la Universidad de Carleton, Canadá, explicó en una entrevista que revistas y otros medios mostraban a las personas trans como criminales y pervertidas.
A mediados del siglo XX, su imagen, especialmente la de las mujeres trans, solía estar en la sección policíaca acompañada de notas amarillistas, pero ahora ocupan espacios donde pueden hablar de los problemas que les atañen, recalcó la académica.
“Estaban en las notas policiales y ahora ha salido a otros espacios, lo interesante es por qué estaban siendo criminalizadas, cuál era el delito, y no había ninguno específico, parecía que estaban siendo representadas y representados porque sí, porque el periódico vendía más o porque también había cierto deseo de los lectores”, detalló.
Tras analizar medios como “Alarma”, un antiguo diario de nota roja, Vargas Cervantes expuso que aunque las llamaran “mujercitos”, había mujeres trans que lo veían como un espacio para mostrarse ante la sociedad y empoderarse.
“Era un doble juego, por un lado el texto denigraba mucho, siempre utilizaban adjetivos descalificativos fuertes como degenerado, perverso, un término que se utilizaba también para los hippies de los 60 que fumaban marihuana, o mujercitos ahora, pero las mismas sexualidades periféricas lo utilizaron para, de alguna manera, retomar ese poder que les estaban quitando”, aseguró.
Ahora, 60 años después, no solo los medios han cambiado el discurso ante la población LGBT, sino que existen espacios como la plataforma Instagram en la que la comunidad genera un discurso de autorrepresentación, como el caso de “influencers” o personas influyentes en las redes sociales.
“Hay ahora un mainstream (corriente principal) tan fuerte de ‘influencers’ que están definiendo por un lado la belleza hegemónica pero también (influye) la censura que ejerce Instagram en cómo se pueden crear ciertos nichos de comunidades de sexualidades periféricas que crean comunidad, como funcionó en revistas como ‘Alarma’ en su momento”, expresó.
La especialista afirmó que la población LGBT ha retomado estas palabras estigmatizantes para generar un sentido de pertenencia y burlarse de la manera en cómo la sociedad la veía.
“En Instagram podemos asumir que hay una autorrepresentación y una edición en las imágenes en las que los sujetos de la población LGBT están apropiándose totalmente de cómo percibimos su imagen y de no identificarse con la heteronormatividad y un modelo hegemónico”, concluyó.
El “Festival Andrógina Diversa” es realizado en el marco del mes de la diversidad sexual y concluirá el 30 de junio en el Museo Cabañas.