Ciudad de México, 14 jul (EFE).- La recientemente nombrada canciller de México, Alicia Bárcena, aseguró este viernes que las relaciones con España “aún no han salido de la pausa” señalada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Así lo indicó Bárcena en un desayuno con medios de comunicación pocos días después de asumir la jefatura de la diplomacia mexicana, en los que explicó los ejes principales de su mandato.
“Hubo algunas reuniones previas con autoridades españolas antes de mi llegada a la Cancillería que fueron positivas, pero eso no quiere decir que hayamos aún salido de lo que el presidente llama la pausa”, afirmó la canciller.
En diciembre de 2022, López Obrador aseguró que continuaba la “pausa” en las relaciones con España porque “no hay una actitud de respeto”, a la vez que pidió que las empresas españolas “no vengan a promover y a fomentar la corrupción en México, que no se lleven a los presidentes de empleados de sus empresas, que respeten la dignidad del pueblo y la nación mexicana”.
Bárcena recibió esta semana al embajador español en México, Juan Duarte, en lo que fue visto como una normalización de las relaciones tras las declaraciones previas de López Obrador.
“Tuvimos esta reunión con el embajador Duarte, sobre todo porque España va a presidir (el Consejo de) la Unión Europea en los próximos seis meses, ese fue el motivo principal de la reunión con ellos. Y nos concentramos en este tema, de cuáles son los objetivos que tiene España en los próximos seis meses”, apuntó.
Asimismo, afirmó que España celebra elecciones generales el próximo 23 de julio, por lo que México va “a estar a la espera de cuál va ser el resultado” y ahí se retomará “seguramente la conversación”.
Bárcena será la representante del país en la cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se celebrará el lunes y martes de la próxima semana en Bruselas.
En abril pasado, López Obrador anunció un acuerdo por 6.000 millones de dólares (unos 5.467 millones de euros) para la compra de 13 plantas de energía eléctrica en México propiedad de Iberdrola, empresa española a la que había criticado en numerosas ocasiones, y en lo que calificó como “una nueva nacionalización”.
Poco después, el aspirante a candidato presidencial de México y líder de la mayoría oficialista en el Senado, Ricardo Monreal, afirmó en una entrevista con EFE que el reciente acuerdo entre el Gobierno mexicano y la empresa energética Iberdrola suavizaba la relación con España que había estado “crispada” en los últimos años.